II. Segunda vez

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Hoy sería un día terrible para la pequeña serpiente. Ya de por si todos sus días eran terribles

-MORGAN LE FAY- el nombre de su hijo retumbó por toda la mansión Le Fay.

Morgana estaba furiosa con el muchacho y Morgie no ponía de su parte para evitar los diarios griterío y maldiciones que la bruja le decía.

Aquel grito era su alarma matutina y solía sonar todos los días a la misma hora.
Morgie se levantó de lo más tranquilo, ya se había acostumbrado a aquella forma de despertar.

Tomo su mochila verde, qué solía llevar de adorno a la escuela porque casi nunca la usaba y salió por la ventana.

Comenzo su caminata matutina hacia la escuela, cuando se escucharon los gritos de Morgana. Ella seguramente había entrado a la habitación de Morgie, que estaba totalmente vacía.

Su camino a la escuela siempre era el mismo: una caminata de unas cinco cuadras por el bosque donde se encontraba su casa, luego cruzaba por la ciudad, haciendo su parada especial en el "Duke's cafe" donde robaba un poco de la más deliciosa comida de todos los tiempos. Las Beignets de Tiana. Luego de un desayuno gratuito, porque siempre se iban sin pagar, seguía su camino hasta llegar a la escuela donde daba el presente y molestaba a algún príncipe o princesa estúpido. Jamás estaba más de una o dos horas en la escuela.

Ahí estaba él, Morgie Le Fay disfrutando de su desayuno como cualquier otro día. Había decidido pasar el día lo más normal posible, aunque no estuvieran sus amigos, y por la noche buscaría en la biblioteca de la escuela algún hechizo para liberarlos, ni aunque la propia Morgana le hubiese obligado habria aceptado ir en pleno día, era prácticamente condenarse a la humillación pública ¿Qué haría un villano en la biblioteca?

La comida de la muchacha de tez oscura era sin duda como tocar el cielo con las manos. Terminado su desayuno se dispuso a irse pero una inmensa masa blanca se interpuso en su camino.

-Debes pagar- dijo el gigante vestido de cocinero.

Morgie se quedo perplejo, la sola idea de que alguien le hablase era rara, aun más si le daba una orden.

-Sabes bien que no pienso pagar- le dijo con una sonrisa malvada -Ahorremonos el momento ¿si?-
El chico se quizo ir pero la mano del hombre lo freno violentamente.

-Hoy no están tus amiguitos para protegerte, lombriz con patas- dijo el moreno acercando su cara a la del chico amenazadoramente.
El aliento a huevos fritos hizo que la cara de Morgie cambiará a una mueca de asco.

Era cierto la simple presencia de Hades hacia que todos a su alrededor le dieran lo que quisiera.

De apoco Morgie se empezaba a dar cuenta de que él no era nadie sin sus amigos o familia. Él no era nadie.

Como puedo esquivo al hombre y salió corriendo por el pueblo. No podia asistir a clases, no sin Uliana que infundiera temor a sus compañeros. Tampoco podía ir a la guarida de ella, ni al barco de Hook o el infierno de Hades.

Estaba solo, y eso le molestaba. Corrió al bosque para perderse en sus pensamiento. ¿No le haría daño a nadie si no iba a la clase de ciencias? Esa era una clase para nerds y él era el mejor en ella.

Vagaba sin rumbo fijo por entre árboles y arbustos, ya había perdido la orientación y solo se dejaba guiar por sus pies inconscientes.

Su mente estaba vagando en cada recuerdo suyo ¿Cuándo había sido la última vez que había hecho daño?
Él lo sabía muy bien, fue hace años en la escuela cuando hizo que la biblioteca explotara, porque había demasiada gente y no podía leer tranquilo.

el heroe de los villanos𓆙𓃦 La falacia de la caperuza //MorgieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora