Chapter ─ V

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── ¡KINIIICH! ──

Hace aproximadamente dos semanas que la chica albina término adoptando a la ahora hija adoptiva del peli-negro, sin embargo, él a diferencia de la albina no le había informado a ciertas personas que llegaron de visita a su apartamento.

── ¿Como rayos entraron a mi apartamento? ¿Qué hacen aquí en primer lugar? ── Dijo el peli-negro cuando vió como una niña albina de aproximadamente cuatro años entraba a su cuarto y detrás de ella se podían ver otras tres personas.

── ¿Sucede algo Kinich? Creí que querías ver a tú familia ── Dijo una mujer alta y de pelo color fuego llegando detrás de la niña.

── No creo que sea eso Mavuika, tal vez únicamente se sorprendió por la sorpresa ── Habló entrando también al cuarto también un hombre más alto y musculoso.

── ¿Soy el único que se dió cuenta que literalmente tiene una cuna y un bebé durmiendo ahí? ── Dijo el otro chico que se quedó en la puerta del cuarto.

── ¿Como? ── Hablo por los otros dos la mujer ── ¿¡TE DEJAMOS MENOS DE UN AÑO SOLO Y YA SOY ABUELA!? ── Grito aún más sorprendida la mujer dándose cuenta finalmente del bebé en la cuna al lado de la cama del chico.

── Siempre supe que eras súper hormonal como para cojer con cualquiera en cualquier momento pero no crei que lo suficientemente estúpido para no usar condones ── Dijo el chico otra vez mientras entraba finalmente al cuarto.

── Ororon, no hables de esa forma frente a las niñas ── Lo regaño el hombre mientras le daba un sape.

── Perdón papá... ──

Luego de eso estuvieron más o menos veinticinco minutos interrogando a Kinich aunque cada que el mencionado hiba a responder los otros tres lo callaban y tampoco tenía muchas ganas de hablar (como siempre) así que se aprovechó de eso para no explicar nada.

Y que estaba haciendo la pequeña albina? Pues estubo un buen rato jugando con la bebé pero se aburrió así que aprovechando que los adultos / casi-adultos estaban distraídos cargo a la bebé y decidió salir afuera, sin embargo cuando hiba a abrir la puerta le ganó una albina más alta que ella que había llegado sin tan siquiera tocar la puerta.

── ¿Uhm? ¿Quien eres? ── Hablo la albina mayor.

── No, ¿tú quien eles? No te conozco ── Hablo la más pequeñamientras estaba con el seño fruncido y escondía a su nueva amigita, que por alguna razón que desconocía se veía más feliz desde que la otra albina abrió la puerta, pero lo tomara como que quiere salir.

── Si es así entonces, soy Mualani, ¿y tú eres? ──

── Iansan, ¿puedes dalme un pelmiso? Mi amigita y yo vamos a salil ──

En ese momento fue cuando la más alta recordó que hacia ahí en primer lugar y también se dio cuenta que la amigita de la que hablaba la pequeña era justamente su única razón de estar ahí.

── ¡Lo había olvidado ── El grito provocó que todos los que estaban en el cuarto salieran viendo la escena de la albina agachada al nivel de Iansan y levantándose rápidamente ── ¿Podrias darme a tú amigita? Necesito llevarmela ──

── ¿Se puede saber quién- ── Habló primero la mujer más al frente antes de ser interrumpida.

── Iansan, dale a la bebé ── Le habló el peli-negro protagonista a la pequeña para apenas darse cuenta que había interrumpido a su madre, pero el problema en este momento no era ese ── Espera... ¿Como entraste tú también? ── Esta vez se dirigió a la albina más alta.

¡SO BITTER! ─ KinilaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora