152☆Kookgi

05

Capítulo Cinco

Jungkook leyó la nota que Yoongi había dejado sobre la cama. Había tenido que atender a la prensa y los periodistas, pero que se apresuró a volver a su habitación con ganas de estar con él.

Leyó la nota otra vez, comprendió que había recibido una llamada de emergencia desde el grupo de trabajo después de que se había conseguido una información sobre una mujer nueva especie y que había tenido que irse. Tim Oberto había enviado a alguien a recogerlo. Él gruñó y arrugó la nota en su puño.

Jungkook sacó su teléfono móvil y se congeló. ¿Qué iba a hacer? ¿Llamar al jefe del grupo de trabajo y quejarse de que había ordenado irse a trabajar con Yoongi cuando Jungkook quería volver a la cama con él? maldijo y bajó el móvil. Yoongi nunca le perdonaría si lo hacía. Los humanos mantenían en privado sus vidas sexuales, sobre todo los independientes. Él dudaba que quisiera que el grupo de trabajo y la gente con quien trabajaba supieran que había estado en su cama. También posiblemente le molestaría que interfiriera con su trabajo. Lo que más le molestaba fueron sus palabras escritas. Había puesto que fue divertido y le dio las gracias. Peor aún, le había dicho que debía relajarse más y tratar de trabajar menos. Un gruñido de frustración estalló otra vez, sus instintos estaban en desacuerdo con su razonamiento. Él debería haber prometido volver y haberle dado su número de teléfono con una invitación para que le llamara. No lo hizo.

Me dio las gracias por un buen rato. Apretó los dientes. Dijo que era divertido. ¡DIVERTIDO! Otro gruñido desgarró su garganta con su ira en aumento. ¡Era algo más que diversión! Jungkook se quedó mirando la cama y finalmente le pudo más su temperamento.

Yoongi debería estar allí esperando que él le tocara de nuevo y lo sostuviera en sus brazos mientras dormían. Yoongi le hizo reír, el sexo había sido increíble y había sido feliz por una maldita vez. Su rabia por la pérdida se apoderó de él y se abalanzó hacia delante, sus instintos no aceptaron ser negados.

Atacó el colchón con gusto. Sus uñas se clavaron en el material y arrancó el relleno hacia arriba. Como eso no le hizo sentirse mejor, levantó el colchón entero y lo rompió en trozos. Atacó los resortes del somier, cortando la madera con los pies y rompió el marco en miles de partes. El cabecero sucumbió a su rabieta, mientras él lo destruyó. Se puso de pie en medio de su habitación jadeando con el lío que le rodea. Evalúo los daños y maldijo, medio avergonzado por la destrucción que había creado. No había permitido salir su mal genio ni una vez desde que había sido liberado a pesar de las muchas veces que había estado muy enfadado. Lo había perdido ahora a ciencia cierta. Estudió los daños severamente antes de salir fuera de la habitación. Se dejó caer en el sofá, respirando profundamente, pero el ligero aroma de Yoongi lleno su nariz. Se volvió y enterró su cara contra los cojines y aspiró profundamente. Le ayudó a recordar todos los detalles de su tacto, el olfato profundamente conectado con los recuerdos y gimió. Él quería que eso fuera real, no sólo oler a lo que él había tenido.

¿Qué estoy haciendo? Levantó la cabeza con disgusto. Estaba olfateando el sofá sólo para oler a Yoongi Min. Lanzó una maldición obscena y se puso a pasear por su frustración. Él finalmente se calmó lo suficiente como para hacer una llamada. En cuestión de minutos había ordenado una nueva cama y ropa de cama que necesitaba. Colgó y cerró los ojos. Yoongi Min lo había vuelto loco. Era Jungkook North. No tenía tiempo para perder la cabeza o la razón por un doncel, ni siquiera uno caliente, muy sexy que le hacía feliz cuando no estaba furioso por que se hubiera ido.

Los dos machos de las especies que subieron la nueva cama fruncieron el ceño ante Jungkook cuando limpiaron la cama destruida y el cabecero. Él los miró, sin atreverse a decir una palabra sobre el olor floral en su suite. había entrado en el cuarto de baño y encontró un spray de ambientador debajo del fregadero para enmascarar el olor de Yoongi antes de que hubieran llegado. Nadie sabría que había estado en su cama y su orgullo estaría intacto ya que era tan reservado.