Capítulo cinco.

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Miró hasta el último rincón, queriendo asegurarse de que no se estuviera olvidando nada en Manchester. Era consciente de que todo lo que quedara era historia.

Una vez seguro de que estaba todo completamente vacío, agarró su valija con la muda de ropa y la mochila con sus pertenencias más importantes. Salió por el largo pasillo que separaba el penthouse del resto de los departamentos y allí estaba Enzo, parado y agitado como si hubiera corrido una maratón.

Las palabras no le salían de la boca. De todos los escenarios posibles, no se imaginaría que Enzo iría corriendo a verlo justo cuando se estaba por ir a España.

¿Qué haces acá? —fue lo único que le salió por la boca, totalmente incrédulo, agarrándose con fuerza a la valija, necesitando un soporte.

—Juli, ¿cómo que te vas a España? —soltó, acercándose a Julián rápidamente— Me dijo Ale recién, ¿por qué?

—¿Cómo que porqué? ¿Y qué mierda haces acá Enzo? Te dije que no quiero hablar más con vos.

Enzo apretó las cejas e intentó acercarse un poco más, pero Julián retrocedió —¿Querés escucharme dos segundos? No es como pensas vos... Quise ayudarte-

—Que amigo, ¿no? Me garchaste como cinco veces, me hablaste de matrimonio, me regalabas de todo... Amigazo terrible.

Enzo suspiró, siguiendo a Julián que empezó a caminar con su valija, rumbo al ascensor.

—Mira, yo ya no sé en qué idioma decirtelo pero me encantas Juli. No sé boludo, me enamoré de vos y no tuve los huevos para decirte la verdad antes de que te vayas de mi casa. Soy un pelotudo, ya sé. Pero te pido por favor, no te vayas a España. No-

—Enzo —lo interrumpió Julián una vez llegó al ascensor y apretó el botón para llamarlo—. No te puedo creer, sos muy chamuyero y me mentiste tan tranquilamente a la cara diciéndome que era tu novio que no te puedo creer tan fácil. Todavía no me entra en la cabeza cómo aceptaste una locura así de fácil y encima me seguiste el juego al toque de una manera tan caradura. Estás loco Enzo, sos terrible falso. Pero lo que más me jode y me duele es que a mi me gustas desde que estamos en River más o menos, y- y me siento recontra pelotudeado —murmuró, sintiendo cómo se le quebraba la voz de nuevo y le daban muchas ganas de llorar—. Si tenías ganas de probar con un pibe o algo hay mil que se matan por estar con un jugador, pero ¿conmigo? Te fuiste a la mierda.

—No Ju, amor, no llores —insistió. Quiso abrazarlo pero Julián lo empujó con fuerza, justo para cuando llegó el ascensor—. No es así, acepté queriendo ayudarte y después todo se fue al carajo. Pero ahora me gustas muchísimo, y nunca me había pasado antes. ¡Entendeme a mi también! Jamás me había gustado un pibe, y menos mi mejor amigo. Pero ahora te enteraste de la peor manera y encima te vas a España, y me quiero re matar, Ju. Perdoname, por favor te lo pido.

Julián se metió en el ascensor, soltando las primeras lágrimas — Perdón Enzo, pero no te puedo creer, me mentiste demasiado. Nos vemos.

El ascensor se cerró y Enzo empezó a correr, bajando las escaleras lo más rápido que podía, intentando no caerse en el camino. Estaba empezando a llorar y las lágrimas no le dejaban ver bien, pero aún así llegó a planta baja, justo para cuando Julián salía de allí.

Sin pensarlo demasiado, corrió los pocos metros que los separaban y lo abrazó con todas sus fuerzas, rodeando su cintura y espalda — ¿Qué tengo que hacer para que me perdones? Te amo Juli, te amo mucho... —lloriqueó sobre su hombro— Quiero hacer todas las cosas que nos prometimos. Quiero vivir con vos, jugar con vos, quiero casarme con vos. No te vayas a Madrid, no me dejes.

Perfecta | JulienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora