—¿No te podes quedar un ratito más?
Julián sonrió, viendo a Enzo haciendo puchero apoyado en la puerta principal.
—Me tengo que ir, gordo. Mañana tengo entrenamiento a primera hora.
—La puta madre. Bueno, te dejo ir entonces.
Se movió un poquito de la puerta y cuando Julián estaba por abrir, Enzo se le tiró encima, abrazándolo con ganas.
Julián se rió y Enzo quería escuchar ese sonido durante toda su vida.
Habían pasado ya una semana y un par de días del partido del Chelsea. Durante todo ese tiempo Julián se había quedado en Londres, haciendo vida de pareja con Enzo como tanto deseaba. La mayoría de los días tan sólo se habían quedado en la casa de Enzo, jugando videojuegos y a las cartas, comiendo comida no tan sana, entrenando y teniendo sexo a lo loco, pero un par de días salieron a cenar por ahí o a recorrer Londres a escondidas, viviendo el mejor romance prohibido que ninguno tuvo.
Después de tanto romanticismo, Enzo no podía negar lo obvio; estaba enamorado de Julián Álvarez, su ex mejor amigo.
Lo miraba y parecía que el pecho se le inflaba y le salían corazones de los ojos del amor que le tenía. Julián era tan perfecto a su vista, que de tan sólo pensar que esto podía irse a la mierda, el corazón se le estrujaba.
—Te juro que voy a hacer todo lo posible para venirme a Londres —prometió Julián—. Ojalá sea el Chelsea, pero sino el Arsenal también andaba por ahí.
Enzo asintió con la cabeza y le dio un beso en los rulos —Por favor lindo, me va a dar extrañitis.
Julián sonrió, marcando sus hoyuelos —A mi también... Pero me tengo que ir.
Enzo rezongó y después de una larga sesión de besos, dejó ir a Julián, rumbo a Manchester. Su pecho apretaba, sintiendo la culpa de no haberle dicho la verdad, pero no se atrevía. Tenía mucho miedo de que Julián no se lo tome de la mejor manera, y estaba en todo su derecho, pero de sólo pensar en que él pase a odiarlo, se asfixiaba.
Se dejó caer en el sillón, un poco pensativo, cuando el celular le empezó a sonar por una llamada entrante. Lo agarró confuso, porque no esperaba una llamada de nadie, y era el Dibu.
—Eu, ¿qué onda loquito?
— Se me despertó el instinto paterno, y mis hijos andan bien entonces sos vos —dijo, sacándole una risita a Enzo— . ¿Qué te pasa pichón?
—Recién se fue Juli.
— Ah bueno, le dieron con todo. ¿Y? ¿Qué pasó?
—Nada, que estoy hasta las manos. Pero me cagué hasta las patas y no le dije nada.
— Uh, ¿qué te dije Enzo? Te cuesta seguir consejos a vos che. Te va a mandar a la mierda.
—La concha de la lora. Te juro que quise decirle, pero estaba tan feliz y todo, y está viendo para venirse acá a Londres... Si me manda a la mierda yo me mato.
— No seas tan exagerado che. Se te va a enojar, pero se le va a pasar, si Juli te ama. Tiene corazoncito de pollo.
—Igual... soy un pelotudo.
— Que bueno que lo sepas che. ¿Y cuándo pensas decirle?
—Y ahora anda viajando, no sé. Capaz lo llamo después.
— Cagón que sos, se lo tenes que decir en persona.
—Pero falta una banda para que nos crucemos de nuevo...
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Perfecta | Julienzo
FanfictionDurante un partido Manchester City - Chelsea, Julián se golpea la cabeza y se desmaya en el acto. Cuando se despierta, cree que está de novio con Enzo Fernández, su amigo de toda la vida. Ni los médicos ni Enzo entienden nada, y piensan seguirle el...