°•✦XVIII✦•°

168 32 5
                                    

•°☆°•♡•°☆°•


Una promesa era una promesa. Eso pensó Bangchan en el momento que se inscribió en ese instituto del que Changbin habló aquel día, y estaba bien.

Aunque eso significara no verlo más seguido. Era como muy poco lo que lo vió durante los primeros dos años.

Bangchan tenía sus amigos por suerte y Changbin también. Los institutos por lo general estaban algo lejos y el pelinegro no tenía un auto, así que eran contadas las veces que iba muy lejos. Por lo general algún amigo lo llevaba a alguna parte, o a veces pagaba un taxi y a pesar del largo y costoso viaje, podía lograr ver a sus amigos que quedaron atrás en algún momento.

Por parte de Changbin, lo intentó también, aunque entre distancia y cosas así, pensaba que las cosas se iban perdiendo en el camino.

Y la verdad, es que el último año, Bangchan se perdió totalmente. Se podría decir que Changbin habló con él por mensaje un poco, y verlo de rostro a rostro, iba al año.

Llegando a su primer día en esas clases ya incluso siendo adulto, sin ver o saber bien sobre sus amigos más grandes por un año.

No le ponía ansioso. Se sentía algo seguro, un año o casi dos no es nada con casi toda una vida. Casi toda la vida escolar.

Toda la vida han estado esos caminos conectados. Caminos como el que lo conecta con Felix y Hyunjin que lo acompañan en ese primer día. Ahora aceptando a Minho como su "cuñado" gracias a su unión con el más bajo. Así que antes era él solo el que se renueva, ahora eran cuatro.

- Lo lamento, pero...- Hyunjin miró a todos lados - Llamé a los chicos para que nos enseñen el edificio, pero no se ven. Creo que fue mala idea no aceptar al profesor -.

- Tal vez no supimos darles la ubicación - Comentó Changbin.

- ¿Y si buscamos nuestras habitaciones? - Preguntó Minho - Y le dices otro lado, necesito mi cargador y saber que las cosas llegaron bien -.

- ¿Ustedes tienen roommate? - Preguntó Hyunjin interesado - Yo tengo uno de segundo creo -.

- Yo no sé - Minho respondió mientras los otros restantes le dieron la razón - Pero confío en que me está cuidando las cosas él -.

- Sí, bueno...- Hyunjin había tomado su teléfono, y justo alguien llegó a tomarlo por la espalda logrando que pegue un grito del susto - ¡Jisung! - Se quejó.

- Oigan, lamento mucho esto - Dijo estirando su mano para saludar mientras Hyunjin le fue dejando golpes en su brazo - Pero nos cambiaron un horario y hay un desorden en todo el año -.

- ¿Y te escapaste? - Asumió Changbin.

- - Mencionó él como si nada.

- ¿Y Bangchan? - Cuestionó Felix.

- Y Bangchan...- Repitió, buscando la respuesta en su mente, miró para todos los lados y no encontró nada - Estaba atrás mío hace unos minutos -.

- Siempre lo mismo - Felix rodó los ojos - Si están muy ocupados ahora, ¿Podría ser después que veamos las habitaciones? -.

- Ah sí, ¿Están cerca del otro? - Preguntó Jisung - No tendré mucho tiempo, pero alcanzamos -.

- Yo estoy un poco más lejos - Dijo Hyunjin, mostrando su llave.

- Bueno, vamos - Mencionó Jisung, señalando un lugar - Es muy sencillo, están los numeros y letras por todos lados -.

- ¿Tú estarías cerca? - Cuestionó Hyunjin, dirigiéndole la mirada.

- Sí, la verdad no están tan lejos de nosotros, pero vamos, de verdad que estas cosas no tienen mucha ciencia para que consideren un pasillo lejos - Fue detallando - Si ven, ahí ya está cada pasillo con la señal - Fueron notando lo que explicaba, pero la mirada de alguien se ve distraída.

- Permiso - Changbin llamó la atención - Los alcanzo luego -.

- ¿Al menos entendiste para que no te pierdas? - Preguntó Jisung.

- Sí, sí - Repitió sin importarle, saliendo del grupo para dirigirse a un patio que había por ahí.

Mientras los otros caminaban, él juraba haber escuchado una risa familiar. Camino hasta que dio de donde provenía. Efectivamente, la risa de Bangchan sería reconocible para él a kilómetros.

Se encontró con el pelinegro riendo de algo que había dicho un chico a su lado, al lado de éste había otro chico. Un pelirrojo y un castaño casi pasando a rubio. Changbin se quedó un rato mirando, justo se dio cuenta que Bangchan comenzó a caminar hacia otro lado, sin mirar a su al rededor, así que decidió alcanzarlo.

- Bangchan - Llamó no tan fuerte para no llamar la atención más que la del pelinegro, quien se volteó siendo detenido de su apresuramiento.

- ¿Huh? - Se volteó para mirar a Changbin más allá y una sonrisa se le formó en el rostro - Que alegría verte - Mencionó acercándose.

- No, si se suponía que ibas a estar para enseñarnos el lugar - Dijo sarcástico, cuando el mayor se acercó, estiró sus brazos como expectante a algo, cosa que no pasó, porque Bangchan solo dejó un beso en su mejilla de saludo, sólo eso.

- Disculpa, estamos en unos problemas. Pero nos podemos ver en la tarde, ¿No habría problema o sí? - Dijo normal, Changbin quedó desconcertado.

- No...- Changbin habló despacio - Como quieras -.

- Me alegra mucho verte, pero ahora mismo estoy buscando a alguien, ¿Hablamos después? - Propuso animado con una sonrisa, cosa que Changbin se la devolvió algo fingida mientras asentía con su cabeza - Perfecto. Nos vemos - Mencionó para voltearse de nuevo.

- Espera...- Lo llamó ahora con una voz más fuerte, llamando su atención - ¿No te faltó algo? -.

- ¿Faltar algo? - Confundido, miró a Changbin abrir sus brazos - Ah, sí -.

- ¿Bien? - Nuevamente se decepcionó cuando lo único que le dieron fue un papel.

- Mi habitación es la C31, para que puedas ir a ver, ¿Bien? - Lo miró por una última vez, su único contacto físico fue una caricia en su hombro - ¿Cuál es la tuya? -.

- D20 - Susurró, el otro se quedó un rato mirando a la nada tratando de grabarse ese número.

- Sí, ahí nos hablamos - Volvió a sonreír más ampliamente, y volvió a dejar a Changbin totalmente decepcionado.

El castaño miró el papel y sólo era una invitación a un taller. Lo miró con mala cara, porque por más que apreciaba la forma en que Bangchan intentaba ayudarlo, le acababa de romper el corazón.

La falta de un simple toque y una palabra con cariño lo dejó con ese puchero en el rostro. Al rato se quedó mirando en frente con la mirada triste y sus puños se apretaron.

Pronto ya no sentía rabia, sólo tristeza. Cosa que no iba a dejar así. Pero por lo menos, esa noche, Changbin la pasó mal y fue una tarde completa en la que lloró como un niño al que le quitaron su juguete, o mejor dicho, su peluche.

•°☆°•♡•°☆°•

Soy lágrimas, el que viene está fuerte

°•✦¡𝑶𝒔𝒊𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑷𝒆𝒍𝒖𝒄𝒉𝒆!✦•° 《ℂ𝕙𝕒𝕟ℂ𝕙𝕒𝕟𝕘》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora