Capítulo 15.

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(Preparad la canción Rebel Love Song de Black Veil Brides, pero intentad ver primero los subtitulos en español) (Aparte, AVISO DE SALSEO, es poco, pero algo es algo)

Metió tres litronas de cerveza en mi mochila y otras tres en la suya y salimos de su casa. Se acercó al coche que estaba aparcado enfrente del camino que había enfrente y fue a la puerta del piloto para conducir, me hizo esperarle en la del copiloto. Metió la llave y el coche se abrió. Entró  y se estiró para quitar el seguro de mi puerta. Entré y me abroché el cinturón. 

Miré por la ventanilla y escuché como el motor se encendía y salíamos de allí. Puso la radio y comenzó a sonar una canción.

(Poned ahora la canción, cuando se acabe reproducirla de nuevo hasta que os avise)

-No sabía que tenías coche.- Le miré y sonreí un poco para volver a mirar a la calle.

-Ya, ni yo.- Rió divertido y con el ceño fruncido le observé. 

-¿Qué insinúas?- Pregunté temiendo lo peor.

-No es mío, no sé de quien es, sinceramente.- Dijo tan tranquilo.

-¿Has robado el coche?- Dije casi gritando preocupada.

Asintió riendo y manejando. Iba bastante rápido y superaba el límite de velocidad, aparte que daba bandazos. Cantaba la canción que sonaba de fondo gesticulando y de vez en cuando quitada las manos del volante. Me di cuenta de lo parecidas que tenían las voces el cantante y él, pero eso era en lo último en que tenía que fijarme ahora mismo.

-¿Tienes el carnet de conducir?- Le miré agarrándome al asiento.

-¿Te digo la verdad o te miento?- Miraba la carretera y apretó el acelerador.

-La verdad por favor.- Tragué saliva fuertemente asustada.

-Yo hubiera elegido la mentira para quedarme más tranquila.- Frenó de golpe por un semáforo haciendo que mi cuerpo se despegase del asiento hacia delante y volviese a mi posición normal gracias al cinturón de seguridad. Pude deducir por sus palabras y actos que no tenía el carnet.

-¿Cuántos años tienes Ian?- Clavé mis uñas en el asiento cuando volvió a acelerar.

-Dieciocho.- Pitó a un coche. -Te supero dos años en edad, lo sé.

-Ian, tengo miedo.- Le fui sincera. -¿Por qué haces esto?

-No te asustes princesita, que esto ya lo he hecho muchas veces.- Sonrió para tratar de calmarme, pero no lo consiguió, si no todo lo contrario. -No soy como todos esos chicos con los que has salido, ¿Lo entiendes?

-Ya lo veo...- Miré hacia fuera y vi como pasábamos a escasos centímetros a un coche en el que había un hombre, una mujer y unos niños. Me quise morir ahí mismo al ver la cara de terror de la mujer al vernos pasar tan cerca.

Pasaron unos pocos minutos cuando llegamos a un sitio en el que jamás había estado. Estábamos casi fuera de Denver, metidos por el bosque. Había coches y motos aparcados. Era una casa abandonada con un jardín que ocupaba hectáreas que estaba rodeada por una verja negra y grande.
Ian me pasó su mochila la cual pesaba bastante, aunque las litronas no pesaran mucho, me pregunté que llevaba ahí dentro para que pesase tanto. Luego de darme su bolsa, saltó la verja con una agilidad pasmosa y me dio por preguntarme cuantas veces lo había hecho. Cuando estuvo al otro lado, forzó la cerradura de la puerta de hierro y la abrió para dejarme pasar. Le devolví la mochila y andamos por el césped que estaba muy largo por no haber sido cortado en mucho tiempo.

-Menos mal que han cerrado bien la puerta.

-¿A quienes te refieres?- Le miré y aunque no hubiera mucha luz, pude distinguir  su figura y las facciones de su cara.

Mi Mejor Amigo (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora