Mi Mejor Amigo (Dylan O'Brien)

Capítulo 20.

(¿Os habéis enterado que Dylan estuvo en el hospital? :'( Mi pobre bebé... Tengo unas ganas de abrazarlo que no son normales, lo juro. Necesito saber que de verdad está bien, que escriba algo en twitter diciendo que nos quiere o yo que sé; pero necesito saber algo de él. Me enteré que se rompió el pómulo y un hueso al lado del ojo. Espero que se recupere pronto y que se ponga bien, que es lo más importante; porque lo de la grabación de la película es secundario.

Bueno, después de este espacio para avisaros de lo ocurrido a los que no se habían llegado a enterar, este capítulo va dedicado a él, para todas vosotras que seguís esta novela día a día, y para una gran amiga mía llamada Raquel; gracias por vuestro apoyo.)

Llegamos en seguida a la casa de mis abuelos y Dylan aparcó enfrente. La casa quedaba cerca de dónde vivía yo en California. Dylan salió de su Jeep para abrirme la puerta, y luego a mis padres. Se había ofrecido a llevarnos y tomamos su propuesta encantados, sobretodo mis padres.

Abrimos el maletero y sacamos nuestras maletas. Dylan me ayudó con la mía, y al dejarla en el suelo me sonrió. Noté como si me hubieran dado un puñetazo en el corazón; se me había olvidado lo bonita que era su sonrisa. Le devolví el gesto con algo de calor en mis mejillas.

"¿Pero qué estás diciendo (tn)______? Ian te espera en Denver, sí, ese al que llamas novio, ¿no te acuerdas de él o que te pasa?" -Me abofeteó mi mente.

La sonrisa se fue de mi rostro poco a poco, por lo que puso una mueca de confusión y dejó mi maleta en el suelo.

Tomé el asa de esta y abracé a Dylan. Él me apretó con fuerza contra su pecho, pero sin llegar a hacerme daño; es más, aquella sensación de sentirle cerca me era muy cómoda y agradable. Su olor a colonia me hacía recordar los días en los que dormíamos juntos y le abrazaba. Nos separamos y me regaló una última sonrisa antes de volver a entrar en el coche y arrancar con rumbo a su casa.

Arrastré mi maleta hasta la puerta y llamé al  timbre; a los pocos segundos dos pares de ojos nos abrieron la puerta.

-¡(tn)____, cariño!- Me achuchó mi abuela. -¿Qué tal estás cielo?

-Muy bien abu.- Sonreí.

-Me alegro, pasad anda, no os quedéis en la puerta.- Se hizo a un lado para que los tres pudiéramos entrar con las maletas.

Subí al cuarto donde siempre dormía cuando iba a casa de mis abuelos y allí me instalé. Coloqué la ropa en el armario y dejé las cosas necesarias en el baño.

Después de un rato de colocar cosas y demás, se escuchó el timbre sonar así que bajé a abrir. Una Lauren con una sonrisa enorme se abalanzó sobre mí para abrazarme fuerte.

-¡No me puedo creer que estés aquí de nuevo amiga!- Me apretó muy fuerte.

-¡Lauren!- Reí mientras me abrazaba fuerte.

-¿Qué tal todo? Ya nos dijo Dylan que iría él a recogerte para darte una sorpresa, así que decidimos que Mike y yo nos quedaríamos aquí para venir a verte.- Se separó sonriendo.

-Sí, ha venido a recogernos.- Sonreí.- ¿Y Mike?

-¡Aquí!- Dijo entrando por la puerta con una gran sonrisa y me abrazó.

-¡Mikey!- Le abracé. -¿Qué tal estáis chicos?

-Muy bien, pero tenemos que contarte algo.- Lauren me sonrió emocionada. -¿Quieres que demos una vuelta y te contamos?, porque tú también tienes que contarnos un montón de cosas.- Rió mientras me guiñaba un ojo.

Asentí y me puse el abrigo para salir con ambos de la casa de mis abuelos.

-Bueno, ¿qué queríais contarme?- Sonreí emocionada al verlos. -Me tenéis preocupada.- Reí luego para que ellos también lo hicieran.