Relatos cortos, breves historias con mucho drama.
Sobre personajes ficticios que denominas como tuyos.
[La manzana de Adán nunca fue tan tentadora]
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La Bratva era el típico círculo vicioso de un drogadicto en un centro de rehabilitación, no se podía escapar de ese vicio. Ingresas cuando naces y sales cuando mueres, orgulloso de haber muerto en sus manos.
Ser sumisa en la Bratva podía ser asqueroso cuando empezabas, tenías que meterte con los más bajo de la pirámide de la Bratva y solo lograrías la cima al pertenecer al clan de sumisas de la alta jerarquía.
Millie había pasado todo el proceso de sumisa, soportando toques no deseados pero siendo leal hasta el final, ahora que estaba tan cerca de ser parte del clan, se esforzaría aún más para ser la primera.
Vivía, respiraba y mataba por la Bratva.
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MILLIE MILLER
El asqueroso toque de Uriel era algo que repudiaba completamente pero agradecía no tener que meterme con la misma gente de mis comienzos.
Salí rápidamente sin importarme mi desnudez al pasadizo que era el único medio de salida al pertenecer al clan de sumisas.
Siempre había aspirado a ser escogida por el Boss o el Vor, me lamenté mucho cuando el Vor murió en manos del ministro Morgan, había pasado otro oportunidad de ser parte de la máxima jerarquía.
Aunque ser sumisa había hecho que desarrollara una ninfomanía insana que a veces me causaba muchos problemas que no podía controlar.
Alce la cabeza al ver al nuevo Vor mirándome con ojos hambrientos.
Mi oportunidad.
Sonreí coqueta antes de pasar por su lado tocando ligeramente mis senos que parecían captar su atención.
