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extra dos
"la batalla de hogwarts"

Llámenla idiota, pero Megan no se percató de que estaba embarazada hasta al día siguiente de su cumpleaños que la señora Weasley fue a verla y tan segundo uno de mirarla a los ojos le dijo: «Cariño, estás embarazada»

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Llámenla idiota, pero Megan no se percató de que estaba embarazada hasta al día siguiente de su cumpleaños que la señora Weasley fue a verla y tan segundo uno de mirarla a los ojos le dijo: «Cariño, estás embarazada».

Debía ser una broma, ¿verdad? O al menos eso pensó Megan. ¿Cómo podía ser posible si ellos se habían cuidado? Tuvieron que ir a un hospital muggle para que ahí les afirmaran con una prueba de sangre que tenía casi cinco meses de embarazo, en los cuales no se había cuidado. Oh, Megan se sintió la peor, pero claramente el sentimiento de saber que dentro de ella estaba naciendo un pequeño ser… Era extraño.

Aunque en sus planes no estaba tener un hijo, en ese momento lo agradeció. Porque a pesar de que intentaba no ser pesimista, sabía que la guerra estaba cada vez peor y en cualquier momento podrían morir. Estaban demasiados expuestos al mundo mágico debido a la tienda que podía suceder. Y eso no ayudó para nada con la situación porque Fred le pidió a Megan que pasará varios días en la Madriguera para que la señora Weasley le apoyará con los cuidados del embarazo. Porque claro ella tenía mucha experiencia.

Mientras tanto los meses pasaron volando. La señora Weasley había sido una madre para Megan, apoyándola en todo y sobre todo, siendo la abuela más feliz al tener a su primer nieto aún cuando el contexto no era nada feliz. Megan había nombrado a su hija Cecilia por Layla, que era su mejor amiga y de las pocas personas que había estado a su lado ante todo; y más aún porque no sabía si estaba viva y eso la carcomia por dentro. Esperaba estar tomando la mejor decisión.

Tener a su bebé en sus brazos fue el consuelo que necesitó toda la vida. Megan sabía que le daría todo el amor del que ella careció tras la muerte de su padre y mejor aún porque tenía a muchas personas que estaban viendo por el bien de Cecilia. Tendría tanto amor que nunca le faltaría nada y de eso se encargaría ella misma.

Pero el día en que recibieron el llamado de que debían ir a pelear todo se complicó. Megan, en la Madriguera, estaba siendo interceptada por todos para que no fuera a la pelea cuando claramente ella quería ir. Quería ver a Wayne y tenía la esperanza de que sí Layla seguía viva (lo cual su corazón le decía que sí), podría ir y se reencontrarían después de diez meses.

—¡No vas a ir, Megan! ¿Por qué es tan difícil aceptarlo? —le dijo molesto Fred, colmándose la paciencia y sujetándose la cabeza estresado.

—¡Tengo que ir! —respondió con el mismo tono de voz. Agradeció que Cecilia estaba con la señora Weasley en ese momento—. Carajo, Fred, ¿cómo me vas a pedir que después de todo lo que hemos pasado no vaya a pelear? ¡Ya soy mayor de edad y puedo decidirlo por mí misma!

Fred la miró fijamente y claramente con expresión molesta se acercó a pasos lentos, la tomó del rostro entre sus manos y ambos compartieron miradas. Megan sentía un gran vacío en su cuerpo, como si algo hubiera desaparecido. Sabía que quería ir a luchar porque de esa forma podría conseguir un mundo mejor para Cecilia, además no creía morir porque era muy habilidosa. Y ver a Fred con esa expresión hizo que su estómago se contrajera, escuchando atentamente las palabras que dijo.

²   beya   ★   fred weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora