Capítulo III

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Dio una última mirada al espejo y salió de su cuarto, para dirigirse a la sala donde debería de estar su hermana, se asomó y efectivamente estaba allí. — Lal nee‐chan. — llamó obteniendo de inmediato su atención.

Esta le sonrió, pero poco duro, cuando la vio de pies a cabeza. — ¿Dónde vas así?

— ¿No te lo había dicho ya? — pregunto de vuelta.

Negó. — No, no lo hiciste, además no respondas una pregunta con otra. — suspiró volviendo su atención a los papeles que tenía en sus manos, que eran algunas cuentas del Bar. — No creo que sea un novio, así que solo queda una respuesta, ¿Tus amigas?

Frunció el ceño, mientras inflaba sus mejillas, ofendida con el tono que usó. — ¿Qué te hace pensar que no es un novio?

La miró y sonrió de lado con burla, mientras se cruzaba de brazos. — ¿Tienes novio?

Miro hacia otro lado sintiéndose ofendida. — ¡Lo tengo! — dijo segura, pero pronto suspiró rendida. — Sabes que no tengo, no te burles de mi, Lal nee‐chan... — la verdad no era muy popular entre los hombres, ni siquiera sabía por qué.

Entonces recordó ciertos ojos oscuros muy cautivantes, aquellos que cada vez que la veían parecían ver a través de su cuerpo y alma, después de todo, quizás si le interese a uno.

Sonrió, con ello le bastaba. — Iré a ver a un bebé muy lindo que ayudé hace unos días, se había perdido, su cuidador me dijo que nos viésemos hoy para que pueda verlo y agradecerme por encontrarlo a salvo.

No muy segura asintió. — Ya veo.... — suspiró. — Está bien, solo ten cuidado, ¿Si? Recuerdalo, los hombres son lobos, no bajes tu guardia, y si ocurre algo llámame de inmediato, ¿Queda claro?

Soltó una risita mientras asentía. — Bien, no debes preocuparte tanto, Lal nee‐chan, estaré en casa en una o dos horas quizás, si me necesitas puedes enviarme un mensaje. — sin más, dio media vuelta y se apresuró a salir de su hogar.

Iba con tiempo de sobra, así que se encaminaba calmadamente al lugar.

|| En el parque ||

Fon frunció el ceño enojado. — ¿Qué mierda? — susurró sin entenderlo. — ¿Qué hacen ustedes aquí, par de imbéciles?

Fingiendo ignorancia Reborn y Colonnello se agacharon a la altura de ambos infantes, jugando con ellos en la arena. — ¿Escuchaste algo?

El rubio negó. — ¿Ustedes escucharon algo‐cora?

Los niños se miraron y luego a ellos, para terminar negando sin entender, haciendo reír a los adultos, entonces al chino le saltó una vena, ¿Acaso esos malditos querían arruinar su cita?

Reborn, suspiró y le miró con desinterés. — No te preocupes, aún es muy temprano, cuando sea la hora nos iremos. — aunque no prometía nada, la verdad solo quería molestar un poco al otro. — Estar en casa es muy aburrido sin Tsuna.

— ¡Y una mierda! — respondió el de trenza y lo apuntó acusatoriamente. — Te conozco como la palma de mi mano, bastardo, váyanse a la mierda o juro que me las pagarán. — miro la hora en su reloj de muñeca. — Faltan veinte minutos, así que marchense.

No iban a mentir, si bien estaban ahí solo para fastidiar, la verdad en el fondo era que querían conocer a la chica, Fon no era el tipo de hombre que se fijará en cualquiera que viera una vez, así que algo debería de tener aquella extraña.

Ignorando a su amigo, vieron a unos niños acercarse a ellos, parecía que también querían jugar con la arena, por lo que ambos sonrieron cómplices.

Reborn se levantó. — ¿Qué les parece hacer una competencia, niños? — los cuatro infantes le miraron curiosos. — El reto es hacer un castillo de arena.

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⏰ Última actualización: Sep 12 ⏰

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Sweet madness -「Khr」R86『Reborn x Haru』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora