Capítulo 4

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ARIANA

Al día siguiente sonó mi alarma me levante, y me puse en la orilla de la cama.

Como ya era costumbre en mi llame a mi madre pero no llego junto a mi, se me hizo raro porqué siempre ella venía cuando la llamaba. En su lugar vino mi nana Vale.

_ Buenos días niña Ariana, ¿como amaneció hoy?

_ Buenos días nana, ¿ y mi madre?

_ Había salido muy temprano, me dijo que te dijera que tuvo un caso muy importante y tuvo que ir. ¿que quiere mi niña de desayunar?

_ Nana sabes que a mi me encanta todo lo que tu hagas.

Ella sonrio y me ayudó a ir a la ducha, cuando salí le dije que me pasara un top blanco y un jeans negro, me ayudó a ponermelos y un convers blancos. Luego le dije a mi nana que me maquillara un poco más bien que lo hiciera naturalmente, normalmente no suelo usar maquillaje pero hoy era un día especial y quería verme bonita para así encajar un poco y así lo hizo, luego de maquillarme un poco, fuimos al comedor ahí ya estaba mi hermano.

Mire y mi padre no estaba, era raro que mis padres no estén pero no le di mucha importancia.

_ Buenos días encantó ¿como amaneciste hoy?

_ Buenos días Adams, muy bien ¿y tú?

_ Muy bien también, ¿estas lista para ir a tu primer día de clases en la universidad?

_ Si, una pregunta... ¿ sabes dónde están papá y mamá?

_ No encantó, pero me dijeron que te llevara a la universidad.

Lo miré con confusión pero asentí a lo que me había dicho.
Nana Vale me había traído mi desayuno favorito, una taza de chocolate y un pan tostado.

_ Aquí tienes mi niña.

_ Muchas gracias nana...

_ Nana Vale, no la concientas mucho que se va a mal acostumbrar así todos los días- dijo Adams.

Lo fulmine con la mirada pero a él le dio gracia.

A los pocos minutos ya había terminado mi desayuno, solo me faltaba despillatme y ya estaba lista. Fuimos con mi nana al baño me cepille los dientes y ya estaba lista, al regresar al salón Adams ya estaba listo. El llevaba hoy puesto una camisa azul claro y unos jeans de color negro, mire a mi hermano y dije que estaba lista el asintió y me llevó a el jardín del frente.

_ Marcos te llevará, Sofhpia no tiene con quien ir y me acaba de avisar así que le dije que yo la llevaría. ¿ No te importa verdad encantó?

Lo miré y dije _ No, para nada. Es mejor ir con Marcos que con ese auto de la muerte - sonreí.

Adams me ayudó a subir a lado de Marcos pues este tenía miedo a lastimarme.

_ Te prometo que te lo recompensare en la hora del descanso encantó- me beso en la frente y fue a su auto.

Marcos encendió el auto y nos fuimos, en el camino no dijimos nada me sentí un poco incómoda, su padre era muy charlatán y me gustaba hablar con él pero Marcos es diferente, es callado y muy serio. Pero no le di mucha importancia.

Iba metida en mis sentimientos hasta que Marcos me dice.

_ Señorita hemos llegado. ¿como la bajo?

Sonreí y apoye mi mano en su hombro diciendo.

_ Solo cargame y colocame en la silla, el resto lo haré yo.

El asiente y lo hace, trae la silla de ruedas pero esta no es la que siempre uso yo, miro extrañada a Marcos y pregunto que porqué había cambiado la silla.

_ El señor Adams me había dicho que era un nuevo regalo para usted señorita.

Yo sonreí y no dije nada más, Marcos me cargo y me llevó a la silla de ruedas nueva.

Estaba muy cómodo y lo mejor de todo es que era a batería, nadie tenía que llevarme y traerme con esta silla nueva, mentalmente agradecí infinitamente a mi hermano pues el sabía lo mucho que detestaba pedir favores a desconocidos.

Marcos me paso mi cartera la coloqué en mi regazo y me despedí de él, hizo lo mismo y se fue. Iba yendo hasta que un chico me detuvo. Se me hizo raro porqué segun yo no había hecho nada, como lo iba a hacer si iba llegando.

Me giro y vi a un chico blanco, con ojos verdes claros, cabellos oscuros y bastante alto.

AMOR INESPERADO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora