Epílogo

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Habían algunas cosas que Park Byeol no lograba entender del todo, muchas cosas en realidad.

Una de ellas era porqué no podía tener una piscina si vivían en una casa con patio, otra era el motivo por el que no podía comer helado o dulces en las noches y la más importante, desde su punto de vista, porqué debía ir a la escuela.

Asomó la cabeza por la puerta que daba a la habitación de sus padres, observó las sábanas amontonadas sobre dos cuerpos enormes para ella, dio pequeños pasos arrastrando su peluche favorito antes de subir a la cama, Holly la siguió de cerca mientras la imitaba y subía junto a ella.

Escuchó las respiraciones pesadas de sus padres que aún dormían, observó por la ventana, el sol empezaba a asomarse y pronto serían las seis de la mañana, ¿por qué seguían dormidos?

Gateó hasta estar en medio de ambos jalando su peluche con ella y sin tener mucho cuidado se metió bajo las sábanas, su pequeño cuerpo se deslizó hasta estar en medio de los olores más reconfortantes que tenía en su vida.

Los dos estaban cara a cara y sea cual sea el momento que despertaran ella sería lo primero que verían, a Byeol le gustaba ser lo primero que veían al despertar, sonreían de una forma tan bonita, como si estuvieran felices de verla con solo despertar, le hizo sentir tan amada.

Se quedó observando su peluche elevado en sus manos mientras murmuraba pequeñas cosas antes de sentir que la persona del lado izquierdo empezaba a moverse, giró su pequeña cabeza solo para encontrarse los adormilados ojos de su papá, la sonrisa no tardó en llegar, la mirada llena de amor solo por tenerla ahí.

—Buenos días, papá.

—Mi pequeña estrella —murmuró su padre antes de acercarla en sus brazos y dejar un montón de besos sobre su rostro, no pudo evitar reír y el sonido provocó pequeños arrullos de adoración—, buenos días, Byeolie.

—¿Por qué aún están dormidos?

JiMin disipó el sueño de su sistema cuando su pequeña hija se acurrucó contra él, inconscientemente olfateando en su cuello, le provocó cosquillas.

—Es fin de semana, cariño.

—Pero...

Bajó la cabeza para poder observarla, su pequeña tardó un poco en levantar la cabeza y cuando lo hizo sintió que el mundo volvía a tener color, los ojos gatunos más oscuros después de YoonGi, la nariz de botón que quería besar por lo adorable que era y los labios abultados que formaban un puchero inconforme.

—¿Pero?

—Papá... ¿lo olvidaste?

JiMin sabía perfectamente a lo que se refería, no podía olvidarlo, jamás lo haría, pero le gustaba molestarla.

—¿Olvidar qué?

—Si haces que llore te romperé el cuello, JiMin.

Ambos giraron a observar a su persona favorita, la sonrisa de Byeol se amplió cuando se dio cuenta de que su appa estaba despierto. La sonrisa de YoonGi se ablandó cuando los vio a ambos, sus cabellos desordenados y apuntando a miles de direcciones mientras lo miraban con la misma expresión adormecida y de adoración.

Byeol fue rápida en soltarse de los brazos de su padre para ir a los de su appa y hacer el mismo procedimiento con él, olfateó su cuello provocándole cosquillas, suspirando feliz cuando recibió un pequeño beso en su desordenado cabello.

—¿Por qué estás despierta tan temprano, pequeña princesa?

—¡Appa! Mis tíos vendrán pronto y mis abuelos también, todo debe estar listo.

daylight ﻬ [ j i m s u ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora