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El día comenzaba soleado, un presagio de buenas noticias

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El día comenzaba soleado, un presagio de buenas noticias. Sin embargo, en un apartamento en el centro de Seúl, la alarma del despertador rompía la calma matutina, señalando que eran las 6 de la mañana. El sonido agudo y el tenue resplandor del sol filtrándose a través de las cortinas blancas despertaron a Hyunjin, un joven de cabello castaño que aún estaba medio dormido. Con esfuerzo, levantó la mano y apagó el despertador. "Solo cinco minutos más," murmuró, estirándose en su cama antes de levantarse.

Miró alrededor de su pequeño apartamento, con la mente todavía enredada en sueños, y se dirigió al baño para cepillarse los dientes. Mientras se lavaba, su teléfono vibró sobre la encimera del baño. Hyunjin lo tomó y vio un mensaje de su amigo Seungmin.

NUEVO MENSAJE:

Kim Seungmin

Hyunjin, hoy tenemos que comenzar a trabajar a las 7. El jefe nos dará unas noticias importantes. Asegúrate de estar puntual.

6:12 a.m.

Hyunjin frunció el ceño al leer el mensaje. “¡Qué gran manera de empezar el día!” exclamó, acelerando su rutina. Se cepilló los dientes con rapidez, se dirigió a su armario y eligió un traje negro, formal sin llegar a ser demasiado elegante. Después de ponerse el traje, buscó sus zapatos y se peinó con rapidez.

A pesar de que aún eran menos de las 6:30, Hyunjin vivía en el centro de la ciudad y su trabajo estaba a las afueras. Sin un auto propio, el trayecto era largo y siempre había riesgo de retraso. Con las llaves de su apartamento y su maletín en mano, salió apresuradamente hacia la calle.

Al salir del edificio, corrió hacia su cafetería habitual. “Un ice americano para llevar, por favor,” dijo con prisa a la señorita detrás del mostrador. Ella le sonrió  y le preparó el café.

“Aquí tienes, ¡que tengas un buen día!”

Hyunjin sonrió ligeramente y tomó el café, “Gracias. Que tengas un buen día también,” respondió rápidamente y se dirigió a la salida. Sin embargo, al intentar salir, un joven torpe chocó con él, derramando un poco de café sobre la corbata de Hyunjin.

“¡Ay, no!” Hyunjin exclamó, mirando la mancha de café en su corbata. “¡Oye, ten más cuidado!”

El joven, con aspecto apresurado, se giró hacia él y le dijo con nerviosismo, “Lo siento, lo siento mucho. No era mi intención.”

En un impulso, Hyunjin iba a gritarle al chico, pero este ya había salido corriendo y desaparecido entre la multitud.
“¡Oye, espera!” gritó Hyunjin, pero el chico ya se había ido. Frustrado, miró su teléfono para calcular si el transporte pasaría a esa hora. Suspiró al darse cuenta de que apenas llegaría a tiempo para tomarlo. “Por supuesto, la suerte nunca está de mi lado,” murmuró, mientras se apresuraba para intentar llegar a la estación a tiempo.

Una media hora más tarde Hyunjin finalmente llegó a la empresa, con el corazón latiendo acelerado por el estrés de la mañana. Al ver la hora en su teléfono, que marcaba las 7:05, se apresuró a entrar al edificio. "Vamos, vamos," murmuró para sí mismo, mientras se dirigía a la entrada principal.

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