(Pausada por el momento, regresa el 3 de Diciembre)
Lee Minho, el CEO de la empresa, había sido claro: todos los empleados que trabajaran directamente con él debían estar casados. Aunque Hyunjin podría argumentar sobre su orientación, en la empresa...
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El día siguiente comenzó con un Hyunjin sonriente al despertar, más temprano de lo habitual. Había algo en el aire ese día que lo hacía sentir como si todo estuviera alineado perfectamente: su ascenso estaba cerca, ¡y eso le hacía sentir como si pudiera conquistar el mundo! No solo eso, el café que había preparado esa mañana tenía un sabor extraordinario. Parecía que el universo estaba de su lado, y en su mente, eso solo significaba una cosa: todo iba a salir como él quería.
Cuando llegó a la oficina, caminó por el pasillo saludando a sus compañeros con un entusiasmo que podría haber sido malinterpretado como un exceso de café, pero él simplemente estaba demasiado feliz. “¡Buenos días, chicos! ¡Que tengan un día maravilloso!” decía, con su tono optimista y esa sonrisa brillante que ponía a todos en su lugar.
Dejó sus cosas en el escritorio y luego, sin perder tiempo, se dirigió a la cafetería. Se preparó un ligero café, en su termo, mientras tarareaba una melodía animada. Se sentía en la cima del mundo. ¡Nada podía arruinar su día! Mientras se daba vuelta para irse a su escritorio, se dio cuenta de que casi comenzaba a bailar de lo feliz que estaba. Sin embargo, algo lo sacó de su trance.
Seungmin apareció en su campo de visión, mirando a Hyunjin con cara de alguien que claramente no había dormido lo suficiente. Este llevaba en la mano una taza, y su ropa parecía más bien casual. A pesar de todo, se veía bien, con su clásico estilo que tenía un aire de que no se esforzaba por lucir bien pero lo hacía sin esfuerzo. Seungmin lo miró con una ceja levantada y una sonrisa de saber algo que Hyunjin no sabía.
“Vaya, hoy parece que tenemos a Hyunjin bastante feliz, ¿eh?” dijo, con tono burlón, mientras avanzaba hacia él. Al llegar a su lado, Seungmin bostezó de manera dramática, como si hubiera tenido una noche larga y difícil.
Hyunjin lo miró confundido, mientras tomaba su termo de café y hacía un pequeño gesto hacia la cafetería. “Sí, claro. Es que hoy todo está perfecto. Creo que este es mi día, Seungmin. Lo puedo sentir en el aire,” dijo con un brillo en los ojos, como si estuviera contando un secreto importantísimo. Estaba tan emocionado que no pudo evitar moverse de un lado a otro en su lugar, casi como un niño que espera una sorpresa.
Seungmin levantó una ceja aún más, mirando a Hyunjin de arriba abajo, como si intentara descifrar lo que realmente estaba pasando. “¿Ah, sí? Pues creo que estás un poco demasiado alegre para alguien que normalmente pasa desapercibido. ¿Qué pasa, Hyunjin? ¿Encontraste la fórmula secreta de la felicidad o es solo que el café está haciendo su magia?”
Hyunjin soltó una risa, seguro de que Seungmin no entendería la magnitud de su felicidad. “No es el café, no es el café… ¡Es mi ascenso, Seungmin! ¡Estoy tan cerca de lograrlo!” dijo, casi con un tono dramático.
Seungmin lo miró fijamente, con una ceja levantada y una sonrisa juguetona, mientras tomaba otro sorbo de su taza. “¿Cómo que tu ascenso está cerca? Si recuerdas, para que eso suceda, tienes que estar casado, ¿no?” dijo con tono burlón, mientras sus ojos brillaban con un toque de diversión.
