Narra Sayo
Después de ver a Utena-chan salir junto con Araga-san, supuse que iban a almorzar juntas.
Me dirigí a almorzar con Haruka y Kaoruko, como habíamos planeado.
Nos sentamos en una mesa al fondo del comedor, donde podíamos hablar tranquilamente.
Mientras comíamos, Haruka me miró con curiosidad y señaló hacia mi cuello.
"Por cierto, Sayo-chan, ¿por qué tienes una curita en el cuello?" preguntó, inclinando la cabeza con una expresión de intriga.
Mi corazón dio un pequeño vuelco al escuchar su pregunta.
"¿Q-qué? ¿E-esto?" balbuceé mientras llevaba la mano instintivamente al lugar donde había cubierto la marca.
"B-bueno, es solo... es solo un rasguño de una g-gata que adopté hace un par de días" respondí con una sonrisa nerviosa, tratando de hacer que sonara creíble.
Haruka levantó una ceja, evidentemente algo escéptica, pero no insistió demasiado.
"Una gata, ¿eh? No sabía que habías adoptado uno"
"Sí" murmuré, bajando la mirada hacia mi plato mientras un recuerdo me atravesaba como una ráfaga: el rostro de Baiser y el suave mordisco que dejó aquella marca en mi cuello "Es muy... traviesa" añadí, intentando desviar la conversación, con un ligero rubor subir por mis mejillas.
Kaoruko, que hasta ahora había estado comiendo en silencio, lanzó una mirada curiosa, pero no dijo nada.
Haruka se encogió de hombros, aparentemente aceptando mi explicación.
"Bueno, avísanos si necesitas ayuda con tu gata, seguro Kaoruko tiene buenos consejos" añadió con una sonrisa, antes de volver a centrarse en su almuerzo.
Solté un leve suspiro de alivio cuando cambiaron de tema, mientras ellas hablaban, yo trataba de sacudirme los recuerdos de Baiser, pero su presencia seguía resonando en mi mente, la forma en que me hablaba, cómo me tocaba… ¿por qué no podía sacarla de mi cabeza? Era tan irritante como inquietante.
"Sayo, ¿Estás bien?" preguntó Kaoruko, mirándome de reojo.
"Sí, s-solo estoy un poco cansada" respondí apresuradamente, temiendo que se dieran cuenta de mi nerviosismo.
Traté de sumergirme en la conversación, pero por dentro, mis pensamientos seguían enredados.
Sabía que no podía dejar que esta confusión me consumiera, pero cada vez que recordaba la manera en que Baiser me había hecho sentir, me encontraba atrapada entre la vergüenza y algo que no podía ni quería nombrar.
Después de terminar el almuerzo, Kaoruko mencionó que la próxima clase era educación física.
Aunque solía disfrutar de esa clase, hoy me sentía un poco inquieta, pero la idea de moverme me daba cierta esperanza de despejar mi mente de las sombras que me atormentaban.
"Vamos, Sayo-chan, no queremos llegar tarde otra vez" dijo Haruka, adelantándose con energía hacia el vestuario.
"De acuerdo" respondí, recogiendo mis cosas y siguiéndolas en silencio, aunque mi mente seguía atrapada en el recuerdo de lo que había ocurrido con Baiser.
Al llegar al vestuario, nos encontramos con la profesora dando instrucciones.
Nos cambiamos rápidamente y salimos al campo, el ejercicio del día consistía en una rutina de atletismo: correr un par de vueltas al campo y practicar sprints.
Me alineé junto a mis compañeras, decidida a concentrarme en la actividad física y, al menos por un rato, alejarme de mis pensamientos.
"Comenzaremos con algunos sprints para calentar" indicó la profesora, haciendo sonar el silbato.
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Mahou Shoujo ni Akogarete <Sentimientos>
RomanceBueno, esto lo hago en memoria de mi querido amigo Máster Chef, ya que él me pidió hace tiempo que hiciera una historia de su ship favorito, no estoy segura de cómo saldrá esto, pero lo haré mejor que pueda.