Capítulo 10

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Narra Utena

El sonido suave de mi alarma me sacó de mis sueños, marcando el inicio de otro día.

Como siempre, me levanté, hice mi cama, me di una ducha rápida, me vestí para la escuela y bajé a desayunar, todo era parte de mi rutina habitual.

Mientras terminaba mi desayuno, noté que mi madre estaba preparando no una, sino dos loncheras.

"Mamá ¿para quién es ese otro almuerzo?" pregunté, mirando el plato extra con curiosidad.

Mi madre me sonrió mientras cerraba la segunda lonchera.

"Es para Sayo-chan, quiero agradecerle por ayudarte con tus estudios y por ser una amiga tan atenta contigo, se nota cuánto se preocupa por ti"

Mi corazón dio un pequeño salto al escuchar eso, era cierto que Sayo-chan siempre estaba ahí para mí, y aunque a veces no sabía cómo expresar lo que significaba su amistad, escuchar a mi madre reconocerlo me hizo sentir algo cálido por dentro.

Agarré la lonchera con un poco de nerviosismo, sabiendo que pasaríamos otro almuerzo juntas.

La idea de verla y compartir ese momento me hacía sonreír.

Mientras salía de casa, no podía evitar pensar en lo mucho que había cambiado desde que nos hicimos amigas.

Sayo-chan era alguien en quien podía confiar, alguien que me hacía sentir que todo iba a estar bien.

Antes de llegar a la escuela, me encontré con Kiwi-chan, quien, como de costumbre, me recibió con un abrazo tan fuerte que parecía depender de ello para respirar.

"Utena-chan! Buenos días!" exclamó con su típica alegría, aferrándose a mi brazo sin soltarme.

"B-buenos días, Kiwi-chan" le respondí, intentando devolverle la sonrisa, aunque todavía algo abrumada por su efusividad.

"¿Lista para patear traseros mágicos hoy?" dijo con ese tono de orgullo que siempre la caracterizaba, como si nada en el mundo la pudiera detener.

"B-bueno... No lo sé... Aún me preocupa lo que pueda pasar con Korisu-chan" confesé con cierto nerviosismo.

Kiwi-chan soltó una risotada y, con la misma energía de siempre, me dio una palmadita en la espalda.

"Tranquila, Utena-chan! Si las cosas se ponen feas, nosotras estaremos listas para pelear"

Solté un suspiro, algo más pesado de lo que pretendía, kiwi-chan siempre tenía esa actitud despreocupada, pero no podía evitar sentirme ansiosa.

"Si tú lo dices, Kiwi-chan..."

Entramos a la escuela y, antes de darme cuenta, el día comenzó a pasar rápidamente.

Las clases pasaron una tras otra, pero mi mente estaba distraída, había algo que me inquietaba, y no era solo el comentario de Kiwi-chan sobre pelear con las chicas mágicas.

Mis ojos se dirigieron al asiento vacío que solía ocupar Sayo-chan, cada vez que lo miraba, sentía un vacío en el pecho ¿Por qué no había venido hoy?

La incertidumbre me quemaba por dentro, y la lonchera extra que mi madre había preparado para ella empezaba a enfriarse con el tiempo que pasaba.

"Sayo-chan... ¿no vendrá hoy?" murmuré en voz baja.

Antes de poder sumergirme en más pensamientos, Kiwi-chan se me acercó, con esa sonrisa despreocupada que siempre traía consigo.

"Neee, neee, Utena-chan ¿quieres ir a comer algo antes de irnos?"

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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