Deseos

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A veces deseo cosas extrañas y me gusta hacer pruebas y experimentos con mi mente. Llevo teniendo esta habilidad desde hace años y me gusta ponerme a prueba. Trato de imaginar los escenarios más irreales y enrevesados que se me ocurren, paisajes oníricos con todo tipo de detalles y llenos de vida, mundos oscuros y misteriosos donde siento que todo me persigue, que soy libre mientras estoy atrapada. Me gusta sentir esa presión y esa confusión, me gusta abrazar esa sensación de incertidumbre en la que nada tiene sentido y donde todo me alcanza. Puedo convertir minucias en montañas enteras y hasta la más pequeña e insignificante araña puede evolucionar y convertir mi reino en una caótica ciudad llena de redes. La ciudad solo tiene rascacielos y el cielo es rojo granate; no se ven detalles de la ciudad ni de sus rascacielos, son solo siluetas y sombras tan grandes y pequeñas como yo lo desee. Me aburrí de las verdes praderas y les prendí fuego; el fuego cobró vida y se autoalimentó, después se cansó y se ahogó en un mar raro y negro. He mentido, sí que hay veces en las que mi realidad fantástica choca con la realidad original. A veces vuelvo de mis viajes con marcas y cicatrices de grandes bestias a las que me enfrento. Tiene gracia, contado así parece algo malo, pero resulta que me gusta y que soy yo misma la que decide combatir contra esas fieras y dejar que de vez en cuando me hagan algún rasguño para así poder recordar luego lo grande que fue el combate. Daniel, es muy importante que entiendas todo lo que te cuento porque después me iré a luchar contra la criatura más grande que sea capaz de generar y me aseguraré de que me derrote. Desearía que la realidad ya no me aburriese tanto.

Mi ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora