"Complicado" ‐ [ᶠʳᵃⁿᶜᵒ ᵐᵃˢᵗᵃⁿᵗᵘᵒⁿᵒ & ⁱᵃⁿ ˢᵘᵇⁱᵃᵇʳᵉ]

00³

–Ian Subiabre

— Dale, Ian! — apuró alguno de los chicos.

Ya estaban todos vestidos, menos yo. Terminé de vestirme rápido y suspiré.

Estaba nervioso y no lo negaba. Hoy  jugabamos contra Boca por una fecha y ... Franco iba a venír.

Se podría decír que auto‐invitó.

Busqué mi celular rápido para poder ver si tenía algún mensaje de él. Y sí, un mensaje de Fran aparecía en la barra de notificaciones.

•••

Franco

-acabo de llegar, chini :)
-suertee 🫶🏼

09:03

•••

Fruncí el ceño levemente y rodé los ojos. No soy taaan chinito, o sí?

Decidí no abrir el mensaje y dejarlo ahí, guardé mi celular y terminé de ponerme mis botines, una vez listo fui por una botella de agua antes de salír hacia la cancha.

•••

Sentí los abrazos asfixiantes de mis compañeros mientras volvíamos hacia el vestuario. Habiamos ganado el partido con la diferencia de un gol, quedando 2‐1 a último momento.

Saludamos a los jugadores del equipo rival para poder despedirnos y busqué a Franco con la mirada.

Estaba cruzado de brazos, recostado sobre una pared con una sonrisita de lado. Los familiares del resto estaban expectantes mirándolo.

Habia sido casi un caos el que él ingresara, muchos le pedieron fotos y hasta firmas. Apenas habiamos salido hacia la cancha para calentar decidí ignorarlo.

Qué vergüenza que sepan que vino "por mí".

Volví a mirarlo y conecté miradas con él, aparté mi vista y fruncí mis cejas algo incómodo.

Me alejé de los festejos para poder ir hacia el vestuario y poder ser uno de los primeros en bañarme y cambiarme. Dí una rápida vista a mi celular mientras buscaba mis ojotas y toallón.

•••

Franco

-buen partido :)
-felicidades, jugaste re biennn🫶🏼
-espero a q te bañes y eso
-y vamos juntos (no t estoy preguntando)

11:19

•••

— vieron quién vino? — habló el plaga de Mateo. Qué mal me caía.

Sequé un poco mi pelo con la toalla mientras escuchaba con atención lo que decían. Me hacía el boludo prácticamente.

— a quién vino a ver? — preguntó otro.

Rodé los ojos.

— viste quién vino? — golpeó mi brazo Alejo.