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–Ian Subiabre

— Me extrañaste? — preguntó Valen detrás mío, enredando sus manos por mi cintura.

Pegué un saltito al sentir sus manos en mi cuerpo de repente.

Valentino habia venido unos días para Buenos Aires y qué "mejor" que se quedara conmigo.
Giré a verlo y dejé un pico en sus labios.

Vestía la indumentaria de Newell's, la misma que le quedaba tan bien.

— No tanto — susurré achinando mis ojos. Sentí un leve pellizco sobre mi cintura y sonreí de lado.

Ayudé a Valen con sus cosas y ambos fuimos hacia el departamento.


•••

— Mirá quién volvió — habló Alejo abriendo la puerta del departamento.

Saludó a Valen con un apretón de manos en forma de saludo y nos ayudó a adentrar las cosas de él.

— Matias ya esta desocupando un poco la pieza — habló Alejo nuevamente.

Asentimos y Valen se dedicó a mirar un poco el lugar.

— cambió mucho

Sonreí de lado. Valen no venía hace mucho para acá.

— Te extrañé — susurró

Me acerqué a él, junté nuestras manos y levanté mi vista para verlo. Valentino no era tan alto, quizás unos 6cm más alto que yo.
Nuestros cuerpos se juntaron y volví a besarlo.

Las cosas habian empeorado hace unas semanas, luego de mucho enojo por parte de ambos decidimos olvidarnos de lo que habia pasado y fingír demencia. Nos reconciliamos por así decírlo.

— la pieza ya esta! — Gritó Matias caminando hacia el sillón cubierto por una frazada que llevaba muchas de sus pertenencias.

Se tiró al sillón y "acomodó" su cama temporalmente. Luego saludó a Valen con agitando su mano a distancia.
Importandole poco y nada el haber interrumpido nuestro "espacio".

Me separé de Valen algo incómodo y caminé hacia la pieza. Realmente estaba limpia, un milagro.

Valen vino atrás mío y dió una rápida vista al lugar, analizando todo.

— Yo duermo del lado izquierdo — aclaré.

Dejó uno de sus bolsos sobre la cama y buscó sus ojotas para estar mucho más cómodo.

Desde la puerta Alejo y Santiago miraban como buenos chusmas que eran. A ellos no les gustaba tanto la idea de que Valu se quedara acá.

Se entendía, apenas podíamos vivír cuatro, uno más significaba menos espacio.

Los miré mal y se miraron entre ellos.

— saluden — entrecerré mis ojos.

Entraron a la pieza y se acercaron a saludar a Valentino. Luego ambos se fueron de la habitación casi corriendo, a chusmear con Matias seguramente.

Fuí y cerré la puerta con una ligera patada. Me acerqué a Valen y lo empujé ligeramente.

Me incliné sobre su cuerpo y volví a besar sus labios. Luego me alejé y me recosté boca abajo a su lado.
Sentí las caricias en mi espalda baja y en mis glúteos.

"Complicado" ‐ [ᶠʳᵃⁿᶜᵒ ᵐᵃˢᵗᵃⁿᵗᵘᵒⁿᵒ & ⁱᵃⁿ ˢᵘᵇⁱᵃᵇʳᵉ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora