"Detroit, 2038. Una ciudad donde la línea entre humano y máquina se ha vuelto borrosa. Trasladada desde las sombras de una metrópoli distante, te ves envuelta en un caso que sacude los cimientos de la sociedad. Divergentes, así llaman a los androide...
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༒
𝕾𝖙𝖆𝖗𝖙 𝕺𝖋 𝕿𝖍𝖊 𝕳𝖎𝖘𝖙𝖔𝖗𝖞
Prologo Ambientada en el año 2038 para ser exactos, en donde la tecnología a avanzado a pasos, imprevistamente, acelerados. Eres una mujer no originaria de Detroid, que se unió al caso de detención e investigación de divergentes a petición de su antiguo jefe. Derivada, intentaras desentrañar estos misteriosos e inesperaods casos de "rebelión" androide. Junto al Teniente Anderson y un androide, asignado a ustedes por la empresa más conocida en el globo terráqueo. CyberLife.
Dolce Far Niete Significa: "la dulzura de no hacer nada". Consiste en dejar de lado el ritmo frenético del día a día y dedicar un momento a desconectar y a disfrutar del momento.
Lugar- Departamento Estandar. Fecha- 3 de noviembre, 2038. Hora- 7: 49: 05 Los pájaros cantaban habilmente tras tú cristalera. Parecía una sinfonia o un animado canto musical mediático. Te enrollaste en las ligeras sabanas, que estaban posadas sobre tú cuerpo, buscando seguir atrapada entre su, armoniosa, comodidad. Más el sonido de tú alarma, terminó por despertarte de tus encantadores, entre comillas, sueños. Te levantas, con un poco de pesar en tú mente, mientras estiras tus brazos en búsqueda de quitar la incomodidad que desprendía de tus músculos a primera hora de la mañana. Al mismos tiempo que dejabas escapar un bostezo de tus labios. Tú vista se trasladó a la tapizada ventana. Queriendo admirar a las pequeñas aves que emitían ese encantador, pero molesta, melodía. Imaginando las alas de estos pequeños seres extenderse por el basto cielo por unos escasos segundos. O eso podrías siquiera pensar, si la vista construcción de vidrio en tú pared, no estuviera bloqueada;
-Oh, si, ¡que gloriosa vista!-. Declaraste, hablando contigo misma. Una costumbre que te llevo a un hábito a corta edad. En tú juventud, tal vez. Tú departamento daba a las paredes de otros edificios, incluso de algunos más antiguos que el tuyo. Lo cual, no es precisamente la vista más agradable. El tono de tú voz al decir estas palabras es sarcástico, acido, con una nota de notable diversión. Hace bastante que no le otorgas importancia a lo que otros podrían llamar pequeño problema, o más bien, inconveniente.
Viendo la cara de los ladrillos desgastados que dan a la perspectiva de tú habitación, decides desplazar el cobertor de encima e iniciar tú día. Fingiendo, como muy pocas veces, que eres una persona muy productiva últimamente. Exhalaste, analisando a tú compañero de gran tamaño en una de las esquinas del colchón. Con pereza, te volcaste en la cama, para estirar tú brazo hacía el bello animal. Acariciaste el lomo blanco de este, con suavidad en tú mirar. Reconociendo, que a esa avanzada edad, el pequeño bajo tú cuidado, merece pasar más tiempo descansando;
-Tú vida debe ser muy fácil. ¿No?-. Le preguntas, de manera retorica.
Por obvias razones, no obtienes respuesta alguna de este último.
