Lugar- Escena del crimen.
La ciudad de Detroit se extendía ante ti, como un vasto tapiz urbano, pulsante y vibrante. Cada rincón parecía rebosar de vida, un hervidero de actividad que rara vez cesaba. A pesar de la belleza innegable de la metrópoli, y de la emoción que siempre te proporcionaba tú trabajo, la frenética rutina comenzaba a pesarte. Un poco.
Anhelabas momentos de tranquilidad, oasis de calma en medio del caos cotidiano.
El alto costo de vida en la ciudad era un hecho innegable. El alquiler de tú hogar, cómodo pero no lujoso, absorbía una parte considerable de tus ingresos. Sin embargo, compensaba está realidad con la relativa asequibilidad de otros aspectos, como la gastronomía local y el entretenimiento. A menudo te encontrabas reflexionando sobre las ironías de la vida urbana: la coexistencia de opulencia y escasez, de bullicio y soledad
Los acontecimientos recientes te habían sumido en una espiral de interrogantes. La inesperada asignación de un caso tan peculiar, y la decisión de tú superior de involucrarte personalmente, resultaban desconcertantes.¿Por qué tú?
¿Qué hacía tan especial este caso?Tus compañeros más capaces y experimentados, podrían haber asumido la tarea. Desde tú perspectiva. Sin embargo, tú intuición te susurraba que algo no encajaba. Tú mente, acostumbrada a desentrañar misterios, se puso en marcha. Decidiste esperar, observando cada detalle, cada pista, hasta que el rompecabezas se completará.
Al llegar a la escena del crimen, una sensación de inquietud se apoderó de tú cuerpo. La puerta del vehículo, un pesado objeto metálico, cedió bajo tú empuje, revelando el lugar.
Los dos oficiales, compañeros de tú departamento, parecían haber estado en la escena durante un buen rato. Sus rostros, endurecidos por la experiencia, reflejaban la gravedad de la situación. Uno custodiaba la entrada, su figura imponente marcando el perímetro acordonado con la inconfundible cinta amarilla. El otro, junto a la camioneta policial, forcejeaba con un hombre que vociferaba insultos. Reteniéndolo contra el capo del auto;
-¡Suéltenme, maldita sea! ¡Ya les dije que esa maldita cosa me atacó!- el hombre escupía sus palabras con rabia, su voz ronca y áspera resonando en el aire. El oficial, imperturbable, recitaba la letanía legal;-Tiene derecho a guardar silencio. Todo lo que diga podrá y será usado en su contra- sus palabras, aunque rutinarias, adquirían una nueva dimensión ante la crudeza de la escena.
-Gracias por el viaje, señor- Dices de manera formal al conducto; -Puede irse. Esto, probablemente, tardará un rato. Nuevamente, se lo agradezco-. Agradeciste nuevamente al conductor que te había traído hasta allí, cerrando la puerta del vehículo.
Caminas al interior de la morada. El olor repulsivo te hace fruncir levemente el seño, pero continuas en tú labor.
Hay tres oficiales inspeccionando el lugar dentro. Uno de ellos te extiende un anotador. En el cual está escrito la información obtenida hasta ese momento.
Un caso con un androide involucrado no es extraño. Has tenido algunos casos como estos antes. No es raro que sus dueños dañen a sus androides o que alguien más dañe a un androide ajeno. En el primer caso no significaría nada legal, simplemente el dueño debería pagar la reconstrucción de su androide si este quiere. Lo que no implica a la policía.
Mientras que en el segundo planteamiento llevaría a una multa. Por destrucción/averiación de propiedad ajena.
Aunque nunca habías tenido explícitamente un caso en donde un androide este involucrado.
Puede considerarse un tanto inusual; -Pensé que los androides estaban programados para no lastimar humanos- susurras para ti misma. Recordando las palabras del sospechoso.
¿Puede un androide realmente lastimar a un humano?.
En los últimos meses el número de ataques androide a humanos a aumentado, incluso si la policía quiere resolver esto y hacer la vista gorda para ocultarlo. Lo sabes. Pero por la actitud que viste fuera, no sientes que el sospechoso diga la verdad.
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Connor x Femreader -Detroid Become Human-
Fanfic"Detroit, 2038. Una ciudad donde la línea entre humano y máquina se ha vuelto borrosa. Trasladada desde las sombras de una metrópoli distante, te ves envuelta en un caso que sacude los cimientos de la sociedad. Divergentes, así llaman a los androide...