𝕮𝖆𝖙𝖔𝖗𝖈𝖊 | Lorien

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NO. De ninguna manera.

— Rowan, es lo más inteligente —dijo Xún Yù, dirigiendo a su prometido una mirada paciente que Jay sólo había visto a las madres cuando apaciguaban a los niños pequeños al borde de una rabieta.

Rowan cruzó los brazos sobre el pecho, su camiseta sin mangas resaltaba sus musculosos brazos y evidenciaba la diferencia de tamaño entre él y la complexión más delgada de Xún Yù.

— No me importa lo inteligente. Es demasiado peligroso.

Jay se sentó en una silla del comedor, de cara al respaldo, con las piernas extendidas. Se mantenía al margen de esta pelea. No estaba dispuesto a ser la razón por la que alguien se pusiera en peligro, especialmente Xún Yù, que parecía un buen chico.

Miró a Riki, que se había echado hacia atrás, con las botas puestas sobre la mesa del comedor, con una mirada que recordaba extrañamente a su personaje público.

Tal vez le resultaba difícil dejar de actuar, aunque ahora todo el mundo lo supiera. O tal vez esto era parte de lo que Riki era desde el principio.

— Tiene mucho sentido —dijo Riki, con tono aburrido—. Estás siendo agresivamente sobreprotector de nuevo.

Rowan agarró el brazo de Xún Yù, acercándolo y envolviéndolo con ambos brazos, apretándolo tan fuerte como Xún Yù había hecho con el peluche que había traído.

El chico ni siquiera se inmutó ante el gesto posesivo, sólo suspiró como si aquello fuera algo que soportaba a menudo.

Rowan no pareció darse cuenta.

— Tengo que ser sobreprotector con él. A ustedes sólo les importa la misión. Y lo siento, pero no lo siento¹, no voy a sacrificar a mi futuro marido por el bien de tu actual...

La mirada que Riki lanzó a Jay casi le hizo reír. Era esa mirada que había visto compartir a otras parejas, pero que nunca había tenido la oportunidad de participar en ella.

La mirada de "esta gente es ridícula". La que decía "me alegro de que no seamos así". Pero Jay era así en algunos aspectos. No sacrificaría a Riki por nadie más y, en el fondo, sabía que Riki sentía lo mismo.

Riki pensó que el mejor curso de acción era enviar a Xún Yù a la iglesia de forma encubierta para ver si podía encontrar una forma de entrar en la oficina de Thiago para poner un micrófono. Era la forma más rápida de saber qué estaban tramando, y si se limitaba a ellos tres y a Jay, o si esto formaba parte de una conspiración mucho mayor.

Riki dejó caer los pies al suelo, sentándose más erguido.

— Nadie te lo pide, hermano. Va a entrar en una iglesia en una calle concurrida y fingir que ha visto un par de vídeos racistas en YouTube y quiere unirse a su causa. No le estamos pidiendo que se ponga una bomba en el pecho. Lo peor que podría pasarle ahí dentro es un corte de papel.

Rowan, de alguna manera, se aferró aún más a su prometido.

— Lo reconocerán.

Riki negó con la cabeza.

— Xún Yù es el menos visible de todos nosotros. Tú eres una puta de las cámaras, pero Xún Yù no lo es.

Rowan puso los ojos en blanco.

— Es famoso porque yo soy famoso.

— ¿Él lo es, sin embargo? —preguntó Riki— Eres un antiguo modelo. La única razón por la que la gente te conoce ahora es porque eres el hijo holgazán de Nishimura Isamu. El ciudadano promedio no sabe cómo es la pareja de un multimillonario —miró a Jay—. Ayúdame en esto, querido. ¿Sabes cómo es la mujer de Jeff Bezos²?

Doble Vida | JaykiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora