El lirio de la araña Azul.
Una flor extremadamente rara, la cual solo florece unas horas al dia, durante dos o tres dias al año.
Una flor la cual es muy buscada, ya sea por botánicos, investigadores o hasta por el propio rey de los demonios.
Pero...
Decidí volver a escribir el capítulo, el anterior no me gustó.
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Nezuko caminaba sola por el patio de la finca Mariposa. Se detuvo en el centro del patio y comenzó a respirar profundamente.
——Raíz del Lirio.——susurró, mientras adoptaba la primera postura de la respiración.
Su cuerpo se relajó, su energía se enfocó y su mente se clarificó. Comenzó a moverse con gracia y precisión, cada paso y cada movimiento estaba calculado para maximizar su fuerza y velocidad.
——Tallo del Lirio.——murmuró, mientras pasaba a la segunda postura.
Su katana, envainada a su lado, parecía vibrar con energía, como si estuviera viva. Nezuko la desenfundó y comenzó a moverla con rapidez y precisión, cada corte y cada golpe estaba diseñado para cortar y destruir.
——Pétalo del Lirio.——susurró, mientras adoptaba la tercera postura.
Su respiración se aceleró, su energía aumentó y su velocidad se incrementó. Nezuko se movía como una araña, rápida y silenciosa, cada movimiento estaba calculado para atrapar y destruir.
Así continuó, practicando cada postura de la respiración "Lirio de la araña azul", su cuerpo y su mente se enfocaban en la perfección del movimiento y la técnica. La noche se desvaneció, y el sol comenzó a salir, pero Nezuko no se detuvo, siguió practicando, siguió perfeccionando su arte.
Finalmente, se detuvo, escuchando una voz a sus espaldas, volteó y vió a Aoi Kanzaki.
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Todas las chicas de la finca estaban juntas en la cocina, mientras empezaban a organizar todo para los cazadores heridos que llegaban.
——Nezuko, deja esto en la habitación seis.
Nezuko asintió, agarrando el carrito de comida para salir de la cocina, dirigiéndose a la habitación asignada.
Mientras caminaba sus recuerdos bagaban en el pasado, frunció levemente el ceño mientras sentía todavía los colmillos en su boca, aquellos colmillos que le recordarian que fue un demonio.
