Con las primeras luces del amanecer filtrándose a través de las cortinas, Aquel Quillin
despertó antes que el resto. Se levantó en silencio, sus pasos eran suaves y cuidadosos para no perturbar la calma de la casa. Se dirigió a la habitación donde los pequeños conejitos dormían, y al asomarse, una sonrisa serena se dibujó en su rostro.Tepolito yacía profundamente dormido, su cuerpo pequeño y cálido abrazando a Nutalli, como si quisiera protegerlo de cualquier peligro. Nutalli, por su parte, dormía tranquilo, aferrado a la pequeña estrellita, que emitía un tenue brillo suave, como si estuviera velando su descanso. El brillo era tan cálido y reconfortante que parecía parte del mismo sueño de Nutalli, quien murmuraba suavemente entre suspiros.
Xing observó la escena por unos momentos, conmovido por la paz que emanaba de esos pequeños seres. Sabía que, más allá de la calma de ese momento, había que revelar aquel suceso de la noche . La ruptura de la cuerda de su harpa era significado de que Turrón podría ser uno de los elegidos, Aún así, no era el momento de romper el silencio con esas noticias. No mientras los sueños de los conejitos seguían brindándoles esa paz temporal que tanto necesitaban.
Suspiró, con una sonrisa en los labios, agradecido por ese breve respiro antes de que las decisiones importantes y las revelaciones comenzaran a moldear su camino. Se prometió a sí mismo que, cuando llegara el momento adecuado, compartiría lo que había descubierto. Pero por ahora, dejaría que sus amigos siguieran soñando, envueltos en la tranquilidad de esa mañana, bajo la protección del brillo suave de la estrellita que seguía cuidándolos en su inocente descanso.
Después de un rato, Turrón despertó. La resaca suave de la noche anterior todavía pesaba un poco en su mente, recordándole la conversación que había tenido con Xing y el vino compartido bajo las estrellas. Aunque había terminado durmiendo en su propia habitación, una parte de él se sentía vacía, como si algo le faltara. Sabía que pronto ese pequeño grupo que había acogido se marcharía, la idea de despedirse le causaba una tristeza inexplicable.
Sin embargo, mientras intentaba sacudirse esos pensamientos y prepararse para el día, sintió un cálido abrazo alrededor de su cintura. Era Angel, aún adormilada, apoyando su cabeza en su espalda, buscando la cercanía de su amigo. Turrón cerró los ojos por un momento, sintiendo el calor y la tranquilidad que ella le transmitía.
—Buenos días, Turrón... —murmuró ella, su voz suave entrecortada por el sueño.
Turrón sonrió, colocó su mano sobre la de ella y asintió, sabiendo que, aunque pronto esos extraños se irían, había hecho lo correcto al acogerlos.
—Creo que voy a prepararles un buen desayuno antes de que se vayan nuestros invitados —dijo Turrón, casi para sí mismo, mientras se separaba de Angel con suavidad.
—Eso sería muy lindo de tu parte —respondió Angel, acariciando su brazo antes de regresar lentamente a su habitación, aún medio dormida.
Con una sensación calma, Turrón se dirigió a la cocina. Sabía que el viaje del trío debía continuar, entonces decidió que lo mejor que podía hacer era darles una despedida cálida, asegurándose de que siguieran con suerte y un recuerdo amable de su hospitalidad. Con ese pensamiento en mente, comenzó a cocinar, dedicando cada plato a los nuevos amigos que el destino había puesto en su hogar, aunque fuera por poco tiempo. Se puso a trabajar en la cocina con una sonrisa ligera en su rostro, preparando un desayuno típico español para todos. Huevos revueltos con jamón, pan tostado con tomate, chorizo y por supuesto, una jarra de café recién hecho. Poco a poco, el aroma cálido y familiar llenó la casa, atrayendo a sus hijos, a Angel y aquel trio hacia la mesa.
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Mascotverse Legacy (R)eimaginated
FanfictionCuando el legado parece perdido siempre existira una luz que avive la chispa que vive en nuestros corazones para que esté siga. Seis héroes que conectarán sus caminos por el bien de su mundo y de todo el universo. ¿la esperanza ganará o será la oscu...