Peleas y besos

69 7 0
                                    

Desde que tenían memoria, Yeonjun y Beomgyu se habían odiado. O, al menos, eso era lo que ambos creían. Cualquier excusa era buena para iniciar una discusión. La rivalidad entre ellos, alimentada por la competencia constante y su afán de llamar la atención, siempre parecía tener un punto de quiebre, sobre todo cuando se trataba de chicas.

En el instituto, ambos eran conocidos por su popularidad. Siempre rodeados de gente, siempre compitiendo. Y aunque a primera vista sus peleas parecían superficiales, todo el mundo sabía que entre ellos había una tensión palpable, una chispa que no podía apagarse.

Y durante la fiesta de uno de sus compañeros, esa chispa se convirtió en fuego. Beomgyu estaba en el jardín trasero, hablando animadamente con una chica que había conocido en aquella fiesta, cuando sintió una presencia familiar a su lado. Antes de que pudiera reaccionar, Yeonjun se había sentado junto a ellos, con su característica sonrisa confiada.

-¿Qué tal, Beomgyu? -dijo Yeonjun con una sonrisa ladina, mirando de reojo a la chica-. ¿Estás pasándola bien?

Beomgyu se tensó de inmediato. Sabía a dónde iba esto. Siempre era lo mismo. Yeonjun aparecía, se interponía y, como siempre, lo hacía quedar en segundo plano. Beomgyu trató de mantener la calma, pero la frustración comenzó a burbujear en su interior.

-Sí, estaba pasándola bien -respondió Beomgyu, con los dientes apretados-. Hasta que llegaste.

La chica, sintiendo la incomodidad en el aire, se excusó rápidamente, dejando a los dos solos. Beomgyu la observó alejarse, maldiciendo en silencio por dentro. Cuando volvió su mirada hacia Yeonjun, la ira ya era evidente en sus ojos.

-¿Tienes que arruinar todo lo que hago? ¿No tienes otras cosas que hacer? -Beomgyu se levantó de su asiento.

Yeonjun se levantó también, pero con una sonrisa provocativa que solo intensificaba la rabia de Beomgyu.

-Oh, vamos. No es mi culpa que no sepas como mantener una conversación interesante con ninguna chica -replicó Yeonjun, cruzándose de brazos-. Además, ¿desde cuándo te importa tanto lo que yo haga?

La provocación era demasiado. Beomgyu dio un paso hacia él, empujándolo levemente en el pecho.

-Tú eres el que siempre está detrás de mí, siempre tienes la necesidad de demostrar que te sientes superior en todo. ¿No puedes dejarme en paz, ni una sola vez?

Yeonjun soltó una carcajada, como si la rabia de Beomgyu fuera lo más entretenido que había visto en todo el día. Pero por dentro, algo estaba cambiando. No sabía por qué, pero cada vez que veía a Beomgyu enfadado, había una extraña mezcla de emociones. La rabia del otro chico lo impulsaba, lo atraía de una manera que no entendía del todo.

-Te haces la víctima muy bien, Beomgyu. -Yeonjun lo miró con una sonrisa burlona, pero sus ojos escondían algo más-. Quizás lo que en realidad te molesta es que te gustan estas peleas que tenemos.

Beomgyu se congeló por un segundo, sorprendido por la implicación en las palabras de Yeonjun. Y entonces, algo hizo clic en su cabeza. Había tenido suficiente. Su frustración, su ira y su cansancio lo superaron, y antes de que pudiera detenerse, empujó a Yeonjun con más fuerza.

-¡¿Qué dices?! -Gritó, su voz temblando de rabia.

Yeonjun perdió el equilibrio un poco, pero rápidamente lo recuperó. Su sonrisa desapareció, reemplazada por una mirada intensa. Durante unos segundos, ambos se quedaron frente a frente, respirando con dificultad, las emociones desbordándose.

Y entonces, sin pensarlo, Yeonjun dio un paso adelante y lo besó.

El tiempo pareció detenerse. Beomgyu, aún enfadado, sintió los labios de Yeonjun contra los suyos, y su primer instinto fue apartarse. Pero algo en el calor de ese beso lo paralizó. Su mente se quedó en blanco, y por un breve momento, toda su furia desapareció.

Fue un beso rápido, casi impulsivo, pero cuando se separaron, el impacto fue inmediato. Beomgyu se quedó mirando a Yeonjun, atónito, su corazón latiendo con fuerza. Ninguno de los dos habló al principio, ambos procesando lo que acababa de suceder.

-¿Qué... qué acabas de hacer? -preguntó Beomgyu, su voz más suave, casi un susurro.

Yeonjun, por primera vez, parecía inseguro. Su confianza habitual tambaleó, pero no retrocedió.

-No lo sé -respondió con honestidad, respirando con dificultad-. Pero no pude evitarlo.

Beomgyu miró a Yeonjun, buscando una explicación en sus ojos. Todo este tiempo, la tensión entre ellos, las peleas, los roces... ¿era esto lo que realmente había estado detrás de todo? ¿Habían estado demasiado ocupados odiándose para darse cuenta de lo que realmente sentían?

-Eres un idiota -murmuró Beomgyu, pero esta vez no había rabia en su voz. Solo confusión.

Yeonjun dejó escapar una pequeña risa, todavía tratando de procesar lo que había hecho. Ninguno de los dos sabía qué significaba ese beso, pero había algo que ambos sentían: ya no podían volver a ser los mismos.

-Lo sé -admitió Yeonjun-. Pero creo que tal vez no te odie tanto como creía.

Beomgyu se quedó en silencio, sin saber qué responder. Pero por primera vez en mucho tiempo, no sentía la necesidad de discutir. Algo había cambiado, algo que ninguno de los dos había previsto.

...

Después de esa noche, la relación entre ellos fue un caos de emociones. Había peleas, claro, porque eso era lo que sabían hacer mejor. Pero cada pelea, cada discusión, estaba ahora cargada de algo nuevo. No era solo ira. Era deseo. Era una conexión que ambos habían ignorado durante demasiado tiempo.

Las miradas se volvieron más largas. Los roces, más intencionados. Y aunque ninguno de los dos estaba dispuesto a admitirlo, ambos sabían lo que estaba pasando. Habían pasado de odiarse a estar obsesionados el uno con el otro.

Semanas después, se encontraron de nuevo en otra fiesta, en la misma situación de siempre. Pero esta vez, cuando Beomgyu vio a Yeonjun coquetear con otra chica, no sintió rabia. Sintió celos. Y sin pensarlo, lo arrastró fuera de la fiesta.

-¿Qué haces? -preguntó Yeonjun, con su sonrisa divertida.

Beomgyu lo miró fijamente, sintiendo que su corazón se aceleraba.

-No sé qué es lo que está pasando entre nosotros, pero no puedo seguir así -dijo Beomgyu, con un tono más serio de lo habitual-. No quiero seguir peleando.

Yeonjun lo observó en silencio durante unos segundos, y luego, con una sonrisa suave, se acercó de nuevo.

-Yo tampoco quiero seguir peleando -murmuró-. Aunque admito que me gustaba un poco nuestra dinámica.

Beomgyu dejó escapar una risa nerviosa antes de que Yeonjun volviera a acortar la distancia entre ellos y, esta vez, lo besara con más suavidad, como si estuviera diciendo lo que ninguno de los dos podía poner en palabras.

Ya no había vuelta atrás.

yeongyu one shots ᥫ᭡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora