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Yoongi estaba sentado en aquella silla tan habitual para él, sentado mientras esperaba su sesión psicológica
¿Acaso no debía estar ya en ella?
Bueno, él mismo se encargó de cambiar su turno con la persona que solía asistir luego de su adorado chico de oro. De esa manera tenía más posibilidades para mirarlo y hablarle, observando aquella divina hipocresía y falsedad
Una falsedad que se creaba al estar rodeado de otras personas además de él
Su mirada se encontraba fijamente en Jimin, sus ojos eran como una puerta que daba a la piel y belleza de aquel ser tan magnífico, era perfecto, no importaba que tanto lo mirara, hasta cada pestaña en sus ojos era divina
¿Cómo podía existir alguien como él?
Cada segundo que pasaba, era un respiro que lograba tener junto a él, se sentía tan dichoso, sin embargo, era poco, odiaba sentir como algo se apagaba en su pecho cada vez que lo veía irse
Cada vez que su mirada dejaba de estar en él
Pero era tan simple, Yoongi no podía ver en otra dirección
A medida que el tiempo pasaba su obsesión aumentaba, su deseo por mirarlo y seguirlo era más intenso, pero no era una tarea sencilla, Jimin era un hombre muy cuidadoso y era consciente de aquellos momentos donde lo veía correr de él, subiendo al primer autobús en la parada o huyendo a toda potencia en cualquier callejón o zona oscura
Era divertido
Su obsesión por Jimin era como un virus, fácil de tener, pero difícil de quitar, pero sumamente difícil de controlar
Pero ¿Él deseaba controlar su obsesión?
Y entonces como si dichoso rubio hubiera escuchado sus pensamientos, giró su rostro, observándolo con aquel típico ceño fruncido, expresión que no tendría si hubiera alguien más además de ellos
Su rostro era frío y hostil, sin una pisca de amabilidad o intención de relacionarse con aquel demente que no paraba de mirarlo con una sonrisa, preguntar si estaba bien de la cabeza, era algo de idiotez, él mismo era consciente de todo lo que faltaba en aquella cordura
— ¿Qué planeas mirándome de esa manera? — preguntó con hostilidad, su voz siendo dura y cortante como el filo de un cuchillo
Un hecho que solo emocionó el corazón de cierto pálido
— Planeó que aceptes salir conmigo — volvió a intentar, mirando la manera en la que Jimin rodaba sus ojos y volvía a mirar al frente, ignorando radicalmente al más alto — ¿Por qué no?
—No saldré contigo, estas loco — señaló sin humanidad, volviendo a dirigir su mirada hacía el hombre que se había colocado de pie, mirando toda su vestimenta, haciendo una mueca al arrugar su nariz
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Be Mine
Fanfiction¿Un asesino? ¿Un delincuente? ¿Qué eres realmente? ¿Por qué no pudo evitar acercarse a aquel chico? Un chico sentado precisamente en la silla frente a sus narices, esperando pacientemente una cita psicológica al igual que él... ¿Eran iguales? Gran...