"Un hombre, un amigo. Nuestro querido Barton Blaze vivirá en la memoria de todos y cada uno de quienes nos deleitamos con su presencia, de quienes lo vimos desde las gradas creyendo ver una bala en lugar de un hombre..."
Palabras embellecidas para un cadáver. En ese momento, Johnny no parecía entender verdaderamente si estaban rindiendo homenaje a su padre o si trataban de ocultar cualquier defecto que su pequeño hijo pudiese recordar. Cualquier cosa que dijeran, Johnny la olvidaría de todos modos.
Meses después, vivía en casa de Crash y Mona: adaptarse no le fue difícil, después de todo, los Simpson tenían un estilo de vida similar, y cualquier demostración o señal de extrañar al viejo Barton era olvidada rápidamente por Johnny, después de todo, en su adultez solo encontraba la memoria de su padre como un espejismo.Para el momento en que Johnny despertaba en medio de la madrugada cerca del cerro de los hermanos mudos había vivido más que Barton, un hazaña que jamás habría sido posible de no ser por el poder que residía en su interior.
El fuego alrededor de su cráneo descubierto, el poder de centenares de hombres en sus músculos y ráfagas de combustión que no lograban más que atormentar a cualquier insolente infernal que quisiera azolar contra la humanidad.
Una lucha que le tomó toda la noche; un demonio incorpóreo, dividido en cientos de insectos difíciles de incinerar uno a uno.
Como Ghost Rider, fue inútil la noche anterior, vencido por una fuerza que no puede ser atacada, una cuyo poder le había hecho recordar a su padre biológico tras años sin pensar en él y la mortalidad que ambos compartieron.Al ponerse de pie, observó el amanecer, prados incinerados y una cumbre completamente carcomida por las llamas.
Volvió al hogar de la anciana, intacto a diferencia de los bosques.
En su interior no había más que los vestigios de una vida sin sentido alguno. Cada periódico databa de décadas pasadas, y la putrefacción del cuerpo comenzaba a ser lo suficientemente nauseabundo como para provocarle jadeos.
En los pisos superiores no había nada relevante, prácticamente la señora vivía en el primer piso.
Además de un retrato de dos pequeñas, marcado por los años y el polvo, Johnny no encontró motivos para quedarse ahí.
En su camino de regreso se extrañó de no ver alguna autoridad cercana a la zona o cualquier señal de vida que sintiese curiosidad por los posibles destellos infernales en el cerro. Poco podía creer Johnny sobre que esa clase de avistamientos fuesen costumbre.Al volver al hostal, encontró a una madrugadora Alejandra cuidando de las plantas junto a los pozos de la recepción. El complejo era un rectángulo, confuso en momentos y llamativo por las plantas solo visibles de día.
Polvoriento y desaliñado, Johnny intentó evitar tener contacto con la mujer. Si algo lo agobiaba era ser visto tras una mala pelea, pero más el tener que quedarse en un sitio más de un día.
"Tesoro ¿Fuiste a exorcizar al pueblo o a tragar mierda?" Exclamó desde el otro lado del hostal.
Johnny pasaría de largo, únicamente mirándola con seriedad.Las lagunas mentales eran propias de sus primeros días como el vengador, días donde no recordaba mucho de sus peleas y victorias.
Con el tiempo lograba recordar nombres, detalles y momentos clave, pero nada completo, solo fragmentos muy largos antes de grandes saltos de tiempo. La batalla del día anterior le trajo la agobiante sensación que tenía cada que el espíritu de la venganza recorría las calles de Nueva York o de cualquier otra parte, sin memoria sobre los golpes y batallas.
Lo que sí podía ver era a la plaga dividirse, rodearlo y hasta apoderarse de él sin que sus llamas le hicieran alguna cosquilla.
Ni el agua de una cálida ducha lograba traerle algo verdadero, algo que realmente le pudiera ser útil sobre el demonio que había enfrentado, si es que de verdad se trataba de un demonio.Aun con el cabello húmedo, dejaba caer gotas sobre las páginas del único ejemplar que podía tener respuestas. Una brujería antigua de los tiempos de Lilith.
Nada sobre insectos, nada sobre visiones de pesadilla, solo pasajes inexactos que de leer cada uno completo desataría más mal sobre el pueblo.
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Ghost Rider: Heraldo De La Penitencia.
Fiksi PenggemarUn mal acecha a un pueblo a causa de sus secretos. Sólo Johnny Blaze es capaz de hacerle frente a la criatura que atormenta al pueblo de Magnolia, un extranjero con un pasado que deberá hacer frente con mucho más que el espíritu de la venganza.