9. Misma cama, mismo desequilibrio

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Aburrido. Obstinante. Extenuante.

Minho estaba acostumbrado a su vida solitaria y sin desbarajustes porque era tranquila. No salía demasiado a sitios públicos ni asistía a eventos sociales abarrotados de gente, claro que, cuando lo hace, es algo que disfruta porque le gusta tomar aire fresco y despejarse, pero para él también está más que bien quedarse en su habitación durante esos días que los chicos de su edad suelen usar para divertirse y hacer mil actividades en grupo o pareja.

Sin embargo, hay fines de semanas donde le da más ansiedad quedarse encerrado con su familia. Y no, no lo malinterpreten, él los adora, pero hay comentarios y actitudes que lo hacen querer jalarse de los cabellos a cada un minuto.

No quiere quedarse calvo por la ofuscación, ¡Es muy joven!

Cuando Minho creyó que iba a morirse de agotamiento mental jugando, en plena noche del domingo, una partida de Monopoly junto a sus padres y Seung -obvio que por obligación-, justo suena el timbre de la casa como una señal de salvación. Por supuesto que él se ofreció a atender el llamado, casi corriendo lejos de sus parientes.

No era tradición que él abriese, pero cualquier cosa era mejor que seguir invirtiendo tiempo libre en comprar propiedades falsas en un tablero de mesa con billetes de colores y sin ningún valor monetario real.

--¡Minho hyung! -- no espera que el aludido reaccione cuando ya estaba abrazándolo efusivo como es tradición, apenas le corresponde por la confusión cuando el chico se aleja. Felix entonces escanea su camisa con una sonrisa -- Que linda playera.

Minho estaba algo apenado por tener visita sin aviso, pues su aspecto no era el más cool que se diga; para una persona que le gusta lucir bien, el estar despeinado, con una playera vieja con estampado de Doraemon, shorts holgados y sandalias, no es una linda situación.

Díganle huraño o ermitaño por quejarse de su amigo-el-que-no-avisa-antes-de-visitarlo, sí es.

--¿Lix? ¿Qué haces aquí?

--Vine a buscarte, dah.

--¿Disculpa?

Justo cuando Minho pasa al chico por mera cortesía -y porque Lix era muy confiado-, su madre se asoma con curiosidad.

--¿Quién es, Healing?

Felix de inmediato se endereza, luciendo amable y educado al dar una educada reverencia en saludo.

--Señora Lee, gusto verla.

--Felix, querido -- la mujer recibe al amigo de su hijo con un abrazo jovial, sonriendo para el mismo --. ¿Cómo has estado? ¿Qué tal tus padres?

--Todos estamos de maravilla, gracias.

--¿Quieres tomar o comer algo?

--No, no, no se preocupe -- la detiene con prisa antes de que la señora se diese vuelta para ir a la cocina. Entonces, como un chico astuto que es, pone su mirada de ángel y de reojo capta la cara de advertencia de su hyung; la ignora, claro está --. Vine sólo de paso para llevarme a su hijo a una fiesta de cumpleaños.

La madre del peliazul se regresa con interés, su hijo le esquiva la mirada, pero Felix no lo hace.

--¿En serio?

--Sí, un amigo cumple años y es muy tímido, así que organicé una fiesta en su casa con varios compañeros de la universidad, para animarlo un poco y eso. Sus padres están de viaje y se quedó solo.

--Ow, pobrecito, es un gesto muy considerado de tu parte -- expresa conmovida al tragarse todo el cuento --. Deberías de ir, Minnie.

Felix pestañea inocentemente hacia el mayor.

Stuck On U : HanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora