♯┆Nadie olvida los malos ratos

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1992

Bajé del auto un tanto cansada, había sido un viaje largo desde el aeropuerto hasta la casa de mi abuela.

Ayudé a Samuel, el chófer de mi mamá, a bajar las maletas mientras mamá hablaba con papá.

Miré al cielo, estaba lleno de nubes y el sol parecía no querer aparecer, me pareció un buen momento para hacerlo así que saqué mi cámara digital y tomé una foto rápida al cielo.

—Otra vez con su cámara, señorita Natalia.— me sonrió Samuel.

—Solo Natalia, y sí, ya sabe que me gusta tomar algunas fotos de vez en cuando.— le devolví la sonrisa.

—Es terapéutico, ¿Verdad?— asentí confundida. —Mi hermano también tomaba muchas fotos cuando era joven, bueno, era fotógrafo, pero siempre fue su gusto. Él me decía que era como desahogarse.

—Lo es, te olvidas un rato de todo para sumergirte en el lente.

—Se ve re-

No terminó lo que iba a decirme porque mi madre me habló desde las escaleras de la entrada.

—¡Natalia, ya vente!— me hizo una seña.

Asentí rápidamente y tomé mis maletas, caminé con Samuel detrás mío, que me ayudó a traer las demás maletas, aunque faltaban más cosas mías.

Una vez dentro de la casa pude apreciar lo fúnebre que se veía. Sin la abuela todo era tan raro.

—Niñas, las habitaciones son las que acordamos, ¿Bien? No quiero que estén peleando por elegir una.— suspiró notoriamente cansada.

Asentimos y subimos a la segunda planta, donde había dos habitaciones, otra sala de estar y un baño. Ya habíamos acordado en que ellas se quedarían en ese piso y yo en el tercero, así que subí para dejar mis cosas en mi nuevo cuarto.

Admiré con detenimiento mi nueva habitación, paredes blancas que cada que venía parecían estar recién pintadas, los muebles no eran viejos pero eran muy rústicos para mi gusto y le faltaba mucho por decorar.

Empecé a desempacar lo que traía de ropa, para ponerlo en el armario que estaba en el cuarto, después con mis cosas personales que puse en el baño y al final con la decoración.

Puse cuadros de fotos de mis hermanas y yo, o algunas con la familia completa, pósters de mis bandas favoritas, dejé mi cámara en mi mesita de noche junto a mi bolsito de maquillaje.

Busqué mi walkman pero no lo encontré, así que fui con mis hermanas para ver si ellas lo tenían.

Bajé las escaleras y en el segundo piso toqué la puerta del primer cuarto.

—¿Qué pasó?— salió Elizabeth.

—No encuentro mi walkman, ¿No lo tienes tú?

—Deja lo busco, a lo mejor te confundiste y lo pusiste en mis cosas.

Pasé a su habitación mientras ella lo buscaba, su cuarto era diferente al mío, tenía paredes beige, los muebles eran negros y a pesar de que no tenía cuadros, tenía fotografías de nosotras y de sus amigas.

𝐂 𝐀 𝐌 𝐀 𝐑 𝐀── .✦ Nadie Nos Va A ExtrañarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora