La mañana llegó y con ella un día más en dónde Melisa parecía un muñeco sin vida. Su vida se había vuelto una lista de actividades que se repetían día con día. Desde levantarse, ir a trabajar, ir al laboratorio a experimentar con otros o con ella misma e ir a visitar a Izuku... Un inconsciente Izuku.
Después de ello regresaba a casa y tomaba algo de alcohol y luego dormía, tenía en cuenta que ese estilo de vida la consumiría en poco tiempo, pero estaba dispuesta a recibir ese daño como castigo por no haber hecho nada. Su pareja no estaba mejor, pero al menos ella intentaba ayudar a Shinso en lo que podía, y el alfa hacia lo posible por ayudar con el despertar del Omega.
Eran las dos de la mañana, Hitoshi estaba terminando de hacer el papeleo de ese día junto a Denki, quien había estado para el los últimos doce días desde que Izuku cayó en la inconsciencia. Denki se sentó después de un largo rato parado intentando descansar sus piernas cuando vio el ligero movimiento de los dedos del Omega en camilla.
Su corazón palpito al ver cuya reacción mínima, con ello habló a Shinso con gran emoción, el alfa en partes no le creía diciendo que pudo haber sido parte de su imaginación cuando el movimiento intensificó.
En ese momento los pocos aparatos de la habitación comenzaron a elevarse, su cerebro estaba despertando, Shinso con ayuda de Denki mantuvieron los objetos en el suelo en lo que Izuku despertaba, pero cuando lo hizo nada se calmó.
—¿hola? —dijo Izuku con miedo, sus ojos estaban completamente abiertos mostrando su sorpresa, Shinso se acercó a él a paso lento para no hacer ruido y empezó a hacer movimientos con sus manos en la cara de Izuku, pero este no parecía inmutarse.
—Soy Hitoshi —murmuró el alfa, intentando calmar al Omega, este volteo en su dirección al escuchar el sonido y levantó su mano para tocar su cara.
Shinso tomó la mano del Omega con calma y la puso en su rostro, Izuku paso su mano por la mejilla del alfa y sus lágrimas comenzaron a salir.
—no veo, Hitoshi... —dijo el Omega, contestando la pregunta mental de ambos presentes, el alfa solo bajo la cabeza aún con la mano del Omega en su mejilla y soltó unas cuantas lágrimas.
—supongo que los daños secundarios tenían que pasar —dijo con dolor apretando la mano de Izuku a su mejilla —pero a veces no sabes cómo llegarán.
° ° °
Era de madrugada y como todos los días el llanto del pequeño Hikaru era el único ruido de la cabaña, Mahoro como siempre abrazaba a su hermano mientras esté lloraba intentando salir de su agarre.
—¡Ma’ro! —repetía el pequeño en llantos mientras intentaba salirse del agarre de su hermana mayor.
La niña estaba triste, jamás había escuchado a su hermano llorar tanto y sin parar, no entendía en muchas ocasiones que era lo que decía, pero estaba seguro de que lloraba por Izuku. Mahoro no podía dormir hasta que su hermano lo hiciera, pero debido a que no había dormido bien estaba muy cansada y no tenía fuerzas para crear una ilusión de Izuku, así que tenía que dormirlo de otra manera, pero no lo conseguía.
Cuando estaba por empezar a llorar la puerta de la pequeña cabaña se abrió dejando ver a Katsuki con la bata de laboratorio, y detrás de él un pequeño adormilado, ambos entraron a la cabaña, Katsuki se acercó a Mahoro y tomó a Hikaru en brazos, aunque antes de lograrlo la pequeña lo apretó en sus brazos impidiéndole tomarlo.
—yo lo cuidaré, tu debes descansar Mahoro —dijo el mayor intentando cargar al pequeño llorón, pero Mahoro aun no lo soltaba.
—¿Cómo estar segura de que no se lo llevaras a Tatiana? —dijo asiendo qué el alfa se sorprendiera, en enojo solo soltó al pequeño dejándolo en los brazos de Mahoro.
—¿no confías en mi? —dijo con algo de enojo.
—confío más en Diez que en ti, ustedes son amigos —dijo la pequeña refiriéndose a que su padre y Tatiana eran amigos.
—lo hago para que estén bien, ahora déjame cuidar de Hikaru para que puedas descansar. —dijo el alfa ya harto de su hija, no entendía como era que le tenía más confianza al estúpido del alfa alvino.
—confía en papá, Mahoro —dijo el pequeño de tres años a la espalda del mayor, la niña solo suspiró y dejo que el alfa se llevara a su hermano afuera.
La pequeña aun desconfiada miraba por la ventana como su padre acomodaba a Hikaru en sus brazos con una sábana por el frío y lo arrullaba, llevaban doce días en la isla del laboratorio y esa era la segunda vez que veía a Katsuma, lo miró por un momento y se acomodó a su lado para poder dormir.
Fuera de la cabaña el pequeño Hikaru ya estaba más calmado, aunque aún sollozaba y no lograba dormirse, las feromonas de Katsuki le tranquilizaban, pero aún quería a su mamá.
Después de un rato el pequeño logro dormirse por lo que el alfa regresó a la cabaña encontrándose con sus hijos dormidos cada quien en un lado de la cama dejando el medio, como si buscaran separarse. Llevó a Hikaru a la cuna y lo acomodó en esta con mucho cuidado para que no se fuera a despertar, al lograr que estuviera cómodo se fue a bañar, ponerse el pijama y acostarse en medio de sus hijos, Mahoro por reflejo subió su pierna al estómago del alfa acomodándose.
El alfa poco después cayó rendido ante el cansancio de mucho experimento en sí mismo y en otros. A las diez de la mañana el alfa despertó, el cansancio se había ido y eso era bueno, sus dos hijos mayores aún dormían agarrados a su camisa como pequeños koalas, se veían realmente adorables, aunque al ver a su hija mayor solo pudo recordar lo que le dijo hace unas horas.
Con mucho cuidado salió de la cama para poder lavarse la cara y hacer sus necesidades, al terminar eso fue a buscar algo de ropa para darse un baño antes de que sus hijos se despertaran o eso le traería problemas.
Una hora después los tres se despertaron uno después del otro, como si estuvieran sincronizados. Katsuki tomo a Hikaru en brazos y lo llevo a la cocina junto con Katsuma y Mahoro los cuales estaban intentando mantenerse parados, ambos pequeños se sentaron en unas sillas y esperaron pacientes.
Katsuki les sirvió un platillo de gran sabor, pero ligero para el desayuno, ambos lo comieron de manera gozosa, el alfa estaba disfrutando la compañía de sus pequeños hijos, pues había pasado poco tiempo con Mahoro y apenas conocía a Hikaru.
° ° °
Eran las tres de la tarde y Melisa estaba realmente muy enojada, con todos en la sala pues ninguno le había dicho que Izuku estaba despierto, ellos sabían mejor que nadie que eso era lo único que ella esperaba, como era que le habían ocultado algo tan importante.
—¡déjenme pasar! —gritaba la chica intentando entrar al laboratorio donde detrás de este estaba Izuku, los alfas de la puerta solo negaron.
Detrás de la sala estaba Denki revisando un poco el área donde estaba Izuku pues había empezado a intentar pararse, pero solo se tropezaba con todo, por lo que se puso a mover algunas cosas fuera, para que no fueran a lastimar al chico omega.
Cuando estaba por terminar, la puerta del cuarto fue abierta bruscamente asustando al omega rubio haciendo que saltara, gritara y soltara unos cuantos rayos de su cuerpo, Izuku por otro lado se había hecho el dormido pues ya estaba acostado.
—se que no estas dormido, Izuku Bakugou —dijo la alfa realmente enojada haciendo que el omega se levantará de la cama, este con nervios, sonrió en dirección donde creía que estaba la alfa.
—Melisa, no deberías estar aquí —Melisa miro al omega con ganas de golpearlo pues el había sido el del plan de no dejarla pasar. El chico regresó su mirada al frente cosa que enojó a la chica. —si, es verdad. Yo fui quien dijo que no te dejaran entrar, no quería que te pusieras más mal, Melisa.
—me pongo mucho peor sino se nada de ti —dijo la chica con un nudo en la garganta —¿Por qué no quieres que te vea?
—porque no puedo verte —dijo con una sonrisa cosa que sorprendió a Denki, había hecho un chiste de su problema de la vista, al parecer lo había tomado “bien”.
—¿a que te refieres con eso? —dijo Melisa, allí Denki decidió intervenir para poder explicarle a la chica alfa.
—Izuku quedo ciego, debido a que la sangre en sus ojos le creo una capa qué hace que no pueda ver nada, lo bueno es que cuando esto se desvanezca recuperará la vista… o al menos eso creemos.
—… —debido al aviso repentino, Melisa se quedó congelada en su lugar, Izuku tomó la oportunidad y salió de la habitación siendo ayudado por Denki quien también quería salir de allí.
Al salir ambos del cuarto se pudo escuchar el estruendo de la cama ser empujada, el grito de la mujer dentro y sus lamentos. Denki e Izuku se toparon con Diana la cual estaba haciendo unas cuantas pruebas de poder, al estar cerca Denki logró decirle que calmara a su pareja y alfa. Esta no dijo nada y entró al cuarto donde se encontraba Melisa.
Izuku y Denki se fueron a las salas de investigación donde todos ya estaban más calmados, todos estaban haciendo su prueba diaria de aprendizaje con su don, así que Izuku podía escuchar las voces de todos sus amigos, los sonidos de sus poderes llevándose a cabo, aunque su don, la telekinesis sumada al control de sangre, lo hacen el más poderoso de todos.
Allí entre todos los sonidos podía volver a ver de manera diferente, veía con el sonido, reconocía el sonido del fuego y el hielo, la electricidad, el líquido ácido, los sonidos de algunos objetos flotando con cero gravedad, o el sonido de la telaraña ser lanzada (poder de Tsuyu, debido a que no quería ponerle su don normal, así que opte por los del hombre araña solo que sin la súper fuerza) o cuando escala por las paredes.
—¿te sientes bien? —preguntó alguien a su lado, sabía quién era, su voz era tan normal para sus oídos.
—si, Hitoshi —respondió con sinceridad, mientras miraba a su alrededor con sus oídos —nunca había visto la belleza de los sonidos, siempre me concentré en ver y no en escuchar —dijo en un susurro suave.
—a mi se me hacen un poco molestos, —dijo para luego soltar una risa suave —supongo que es porque crecí en una casa donde mamá era el único, y era muy silencioso.
—Aizawa siempre es así… callado y serio, como tu. —dijo aún en susurro, como si buscara que solo el alfa logrará escuchar.—el único diferente era mi padre, el siempre —hizo una larga pausa con los ojos algo llorosos —sonreía…
—lo hacía, aunque se sintiera mal… —remató el omega con lagrimas suaves cayendo por sus mejillas.
En su rostro había muy pocas venas visibles, aunque las de la frente eran más notables, por lo que solía siempre tocarlas, así que lo hizo en ese momento, se preguntaba como sería la apariencia de su rostro ahora, pues estaba llorando con una sonrisa en el rostro.
(Se subirán capitulos cada dos semanas, por dificultades personales, lamento el inconveniente)
ESTÁS LEYENDO
Scientisf and Family
FanfictionSegundo parte de Doctor and Family. He llegado a mi meta de las mil lecturas, no saben lo emocionante que fue eso. Les dejo la Sinopsis. Melissa pensó que marzo de 2034 sería un mes mejor para Izuku, pero todo cambió cuando el omega perdió el contro...