Capítulo 2

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Tres días después.

Era de mañana, algo lluviosa y extraña pero no importaba, la isla estaba bien y era lo único que les importaba a los habitantes.

Katsuki Bakugou había ido a trabajar como todos los días, a las ocho de la mañana cuando se dormía temprano, aunque no había pasado lo mismo con la beta que siempre estaba con él en el cuarto de experimentación, eso sí le era raro, pues nunca había pasado.

La chica llegó a medio día, se notaba cansada y distraída, tenía que preguntar, pero en partes no le importaba lo que le pasaba a la mujer, pues estaba harto de la insistencia de la mujer con experimentar más, sabiendo que no tienen pruebas de lo que lo está haciendo perfecto a él.

—¿Qué tienes? Has estado muy distraída últimamente. —la chica lo miró por un momento, estaba seguro de que le contaría lo que pasaba, pues la confianza entre ellos ya era buena.

—he tenido pesadillas últimamente, de un recuerdo que olvidé. —dijo la chica haciendo una revisión de papeleo.

—¿Qué clase de recuerdos? —preguntó el mayor.

—un suceso horrible, qué yo provoqué. —el mayor la miró, estaba buscando más que solo respuestas, quería que le contará exactamente lo que pasó, que era su sueño.

—¿qué fue lo que provocaste? —preguntó.

—hace seis años…

Una noche estrellada, una chica joven y de aspecto hermoso, caminaba sola por los pasillos oscuros del laboratorio, deseando que su madre no se entere de que salió al patio sin permiso, aunque no sería difícil no había nadie fuera y la cámara no apuntaba a donde ella estaba.

Cuando pasó por una habitación con la puerta abierta se encontró con el experimento que más dolores de cabeza le ha provocado, junto al pediatra del lugar.

—oh, Tatiana, me puedes traer unas vendas del área médica, por favor —la chica asintió y se fue en dirección al cuarto de su madre, donde sin previo aviso entró fingiendo lágrimas.

—¡mamá! —gritó la chica algo desesperada, su madre la tomó del mentón y preguntó que pasaba. —¡el maldito del pediatra me insultó y me dijo que me pusiera a asistirle! ¡¡Fue humillante, mamá!!

La mujer se quedó congelada en su lugar, y llamó a una mujer cerca de allí, pidiéndole qué buscará a Hajime y le dijera que viniera allí. Media hora después Hajime llego con algo de preocupación, cuando dio dos pasos al frente después de cruzar la puerta, un disparo atravesó su cráneo.

Cuando cayó ambas mujeres vieron a Izuku parado detrás, sus ojos mostraban sorpresa y dolor. Su cuerpo cayó de rodillas y tomó al mayor en brazos.

—¿Por qué? —preguntó Izuku con lágrimas en los ojos, viendo a Tatiana, el cuerpo de la menor sentía presión, pero muy menor. —¿Por qué? —volvió a preguntar ahora mirando a la mayor. Pero ninguna respondía su simple pregunta —¡¡¡¿POR QUÉ?!!!

Gritó el chico haciendo que su collar explotara, provocando que nada pudiera cubrirlas, la mayor corrió hasta la pantalla para apretar el botón y al hacerlo su pierna explotó provocando un dolor inexplicable.

—ese día Izuku perdió el control, lo que provocó que lograra escapar. Mi madre perdió la pierna y tuvo que usar una prótesis avanzada hasta que Izuku la mató…

—es increíble, como alguien que parece ser tan buena, puede llegar a ser una maldita perra rabiosa, capaz de arrancarte los putos ojos y aventarlos al mar para que ya no puedas ver —dijo el mayor mientras tomaba el mentón de la menor, y hacia un ademán de sacar los ojos.

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