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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐚𝐛𝐢𝐬𝐦𝐨


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El Infierno no era un lugar que invitara a la paz. La mayoría de sus habitantes vagaban sin rumbo, atrapados entre sus castigos y la eterna búsqueda de redención. Sin embargo, entre las sombras y el caos, Charlie había creado un refugio: un hotel, un espacio donde las almas perdidas podían buscar una nueva oportunidad. Ella, como hija de Lucifer, veía el potencial en aquellos que la sociedad había condenado, y aunque su destino parecía estar sellado por el legado de su padre, Charlie siempre había luchado contra ese destino.

Pero ahora, en lugar de ser un faro de esperanza para las almas del infierno, Charlie sentía que todo lo que había construido se desmoronaba. No solo en su trabajo, sino en su relación más importante. Su mente estaba ocupada con un solo pensamiento: Vaggie, la mujer que había amado durante tanto tiempo, no era lo que parecía.

El día en que Charlie descubrió que Vaggie era en realidad un ángel exorcista fue el comienzo de semanas de caos emocional. La verdad había salido a la luz de la peor manera posible, durante una reunión en el cielo donde Charlie, en busca de un apoyo mayor para su hotel, se enteró de la traición. Los mismos ángeles con los que Charlie negociaba le habían revelado con una sonrisa maliciosa lo que Vaggie realmente era. "Un ángel exorcista", "una de las mejores, para erradicar a esos miserables demonios".

Los días oscuros: El silencio entre ambas

El retorno al hotel fue brutal. Charlie había evitado a Vaggie por completo, y los pasillos del edificio, que solían estar llenos de vida y movimiento, ahora se sentían fríos y distantes. Charlie pasaba largas horas trabajando, tratando de llenar el vacío que se había abierto en su corazón. Vaggie, por su parte, intentaba hablar con ella, pero Charlie la rechazaba cada vez.

"¡¿𝑪𝒖𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒎𝒂́𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓𝒆́ 𝒂𝒔𝒊́?!"

En una de esas noches, después de un día agotador, Charlie llegó a la habitación que compartía con Vaggie, esperando encontrarla dormida.

No esta durmiendo con ella como lo haría en condiciones normales, pero necesita sacar algunas cosas de la habitación...

Pero Vaggie la esperaba, al borde de la cama, con su ojo cansado y una tristeza palpable en su rostro, como cada noche hacia, con la esperanza de que ella llegará; Sin embargo ese deseo no ocurría. Terminaba desvelada y casada, quedando dormida cada noche tras la esperanza de que ella entrara, de que su amada chica quisiera hablarle después de tantas veces haber sido ignorada.

Charlie entró, miro a vaggie fríamente y con sorpresa, esperaba encontrarla dormida, pero simplemente optó por dale daba la espalda para dirigirse a un cajon de la habitación de ambas, tomar lo que cupa e irse.

—Charlie, por favor... tenemos que hablar— dijo Vaggie con voz suave.

Charlie la miró por un momento, sus ojos llenos de frustración y dolor. No era que no quisiera hablar, pero temía lo que podría decir. Temía la profundidad de su propio enojo, y lo más importante, temía que si se abría a Vaggie, el amor que compartían se rompería para siempre.










































𝘼𝙗𝙨𝙪𝙧𝙙𝙤 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙡𝙚 𝙘𝙖𝙪𝙨𝙖 𝙢𝙖́𝙨 𝙙𝙖𝙣̃𝙤 𝙖𝙡 𝙣𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧𝙡𝙤.




































—¿Hablar?— replicó Charlie, con una risa amarga que resonó en la habitación. —¿Hablar para qué? ¿Para que me cuentes más cosas que olvidaste decirme?

Vaggie se puso de pie, dando un paso hacia Charlie, pero ella retrocedió, levantando una mano como barrera.

—Dime algo— dijo Charlie, su voz afilada como una daga. —Si no me hubieran dicho lo que eres en esa reunión en el cielo, ¿me lo habrías dicho tú? ¿Habrías sido honesta conmigo?

Vaggie se quedó en silencio, su rostro reflejando el dolor de la verdad que no quería decir. Las palabras no llegaban, porque sabía que Charlie tenía razón. No lo habría hecho. El miedo a perderla había sido más fuerte que su necesidad de ser honesta.

—Eso pensé— dijo Charlie, sus ojos llenos de desilusión. —Todo este tiempo... ¿qué más me ocultaste, Vaggie? ¿Qué más de nosotras era una mentira?

—¡No era una mentira!— respondió Vaggie, con desesperación en su voz. —Te amo, Charlie. Todo lo que soy... lo soy por ti.

Charli estaba a punto de irse, ya le había dado la espalda, sin embargo, escuchar esas palabras le hicieron quedarse congelada, estuvo así un momento pensado hasta que vaggie habló nuevamente.

— Nunca quise ocultarlo, pero no quería perderte.

Pero Charlie no pudo soportarlo más, como si quisiera derrumbarse ahí mismo y correr a sus brazos, pero su orgullo no se lo permitió. Dio la vuelta y salió de la habitación, dejando al Ángel sola una vez más.

"𝑻𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒐..."

Reconciliación... (Chaggie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora