Reconciliación... (Chaggie)

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𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐮𝐧𝐢𝐨́𝐧
𝐑𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬

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La reunión en el cielo había terminado de manera abrupta, y el eco de la sentencia seguía resonando en la mente de Charlie. La mezcla de confusión y rabia era palpable mientras se encontraba en el hotel, rodeada de la oscuridad que la envolvía. Miró a su alrededor, tratando de procesar lo que había sucedido, pero su atención se centró rápidamente en Vaggie, quien parecía estar en un estado similar de shock.

—¿Por qué no me dijiste nada?— preguntó Charlie, la voz temblando de furia contenida.

Vaggie intentó encontrar las palabras, pero todo lo que podía hacer era mirar a Charlie con una mezcla de temor y tristeza. —Charlie, yo...

—¡No!— interrumpió Charlie, sus cuernos comenzando a asomarse al igual que su cola, su rostro encendido por la ira. —¿De verdad creíste que no lo comprendería? ¡Sabías lo que eras, y lo esconderlo de mí! ¿Por qué eres así?— en ese momento Charlie había dejado de pensar con claridad dejándose llevar por el enojo, tanto así que le pedido una explicación pero la interrumpió, y así simultáneamente.

—No era mi intención— replicó Vaggie, su voz apenas un susurro. —Tenía miedo de perderte y realmente yo...

Charlie sintió cómo el fuego en su interior aumentaba volviendo a interrumpirla. —¿Miedo? ¿Eso es lo que piensas que te salvó? ¿Creías que no podría manejar la verdad? ¡Soy la hija de Lucifer! Pero tú… ¡tú eres un ángel exorcista! ¡Matas a a mi gente!

Las palabras salieron de su boca como dardos afilados, cada una impactando directamente en el corazón de Vaggie. La verdad de su relación parecía desmoronarse en ese instante, y la incredulidad y el dolor se reflejaron en los ojos de la joven.

—Charlie, por favor, escúchame— intentó Vaggie, su voz temblando. Pero fue interrumpida de nuevo.

—¡No quiero escuchar tus excusas!— gritó Charlie, su mirada ahora roja como el fuego del infierno. —Eres un peligro para mí y para todos. No sé si puedo confiar en ti, tú eres.. —tomó una pausa— ¡Eres un monstruo como ellos vaggie!— le grito— no eres mejor que ellos, eres igual, eres una traidora.

Vaggie se sintió herida, realmente estaba destrozada, cada palabra de Charlie era como un golpe directo. Retrocedió, sintiendo que el aire se le escapaba. —¿Eso es lo que piensas de mí?— preguntó, su voz quebrándose.

Las lágrimas comenzaron a formarse en su ojo, pero la frustración de Charlie la mantenía inmóvil. La imagen de su amor, su confianza, todo se desmoronaba ante sus ojos. Sin poder soportar más, Vaggie dio la vuelta y salió corriendo del hotel, buscando un lugar donde llorar fuera de este y tratar de entender el dolor que la envolvía.

Todo había sido observado por los residentes del hotel, todos estuvieron atentos a a escena, lo que habían presenciado y escuchado no lo podían creer, a excepción de Alastor, el de cierta forma sospechaba, pero nunca le dio tanta importancia, pues a su vez pensaba que algo así no podría ser posible aunque admite que no pudo evitar no sentirse sorprendido ante la revelación.

Una vez vaggie se había retirado, Charlie se quedo callada, el eco de sus palabras resonando en su mente. La rabia seguía burbujeando dentro de ella, pero, a medida que el silencio se apoderaba del lugar, el remordimiento comenzó a surgir. Sabía que había cruzado una línea, que había dejado que su ira dictara sus palabras, pero a la vez no se sentía tan mal, aún seguía enojada y no era algo fácil de digerir.