SWEET ALPHA [Poohpavel]

♡ Capitulo 3 ♡

Los meses habían pasado, y con ello, el dulce Omega Pavel estaba entrando en celo, estaba encerrado en su habitación temblando y diciendo una y otra vez que necesita el aroma de aquel dulce Alfa.

—Cariño, tranquilo, espera unos momentos más y todo va a estar bien.—Consoló Jai intentando calmar a su hijo el cual estaba temblando y lubricando.

— Papá... Lo necesito, necesito a Pupu cerca— Rogo el Omega viendo todo el desastre que había causado, previamente.

Pavel había asegurado que tenía un poleron de pooh en alguna parte, sacó toda su ropa del closet buscandolo, lubricando por todos lados y sus cosas desorganizadas.

Sumando a eso, pensó que tal vez aquella prenda estaba en el cuarto de lavanderia, por lo que también había ido a ese cuarto a buscar la prenda.

Pero nada, tal vez ya se la había dado a Pooh y no se había dado cuenta.

Pavel estaba tan desesperado por tener al alfa cerca de el, quería sentir su aroma para que éste pudiera tranquilizarse.

Por la desesperación de su cachorro, Chai y Jai decidieron llamar a pooh para que trajera bastante ropa de el.

Tuvieron que explicarle que Pavel estaba en celo, Pooh rápidamente dijo que ya iba en camino.

Pooh no queria que su Omega estuviera mal, sabía que si no tenia algo del Alfa con el que estaba, el omega podía enfermar o estresarse mucho. Algo que a Pooh hizo suspirar enamorado, Pavel necesitaba de su aroma.

— Papá, por favor papa, ayúdame— Decía Pavel con lágrimas en sus ojitos.

Pavel sentia su interior arder demasiado, en sus celos anteriores nunca habia sentido eso, no hasta que pooh inició el cortejo.

—Tranquilo mi niño, papi y papá Chai ya tienen algo en mente, solo estamos esperando que eso llegue rápido. — el Omega acaricio la cabellera de su pequeño.

Pooh ya había llegado, estaba preocupado por su pequeño omega que haría todo lo que fuera por el.

—Señor Naret, aquí está la ropa que ustedes me pidieron. —El azabache hablo con dos bolsas en la mano.

—Gracias pooh, dámelas, le diré a pavel que le mandaste esto.

— Pooh una vez que pavel te vea no te va a dejar irte, y posiblemente ambos terminen haciendo algo que no van a querer—.Advirtió el alfa rascando su nuca.

—Está bien señor Naret, gracias, espero que cuando pavel se mejore pueda sacarlo a una cita.

—Y estoy más que seguro que pavel amaría salir contigo cuando esté mucho mejor.

—Bien, nos vemos señor Naret, espero que mi Pavel se recupere pronto— pooh hizo una reverencia y se dirigía al auto de sus padres

Pooh sabía manejar, por lo que varias veces levaba a Pavel a citas románticas por varios lugares hermosos de la ciudad.

Pooh encendió el auto y partía rumbo a su hogar, tenía el corazón en la boca, estaba realmente preocupado por su Omega, no quería que se sintiera rechazado ya que prefirió llevarle su ropa que a el mismo.

Por su parte, Chai llamó a su Omega para que le diera la ropa de Pooh, Jai no quería acercarse a su pequeño en celo.

—Listo cariño, aquí están las ropas de pooh, dáselas a pavel para que se sienta mucho mejor. — Chai le entregó las bolsas a su Chico

—Está bien, enciende el auto, debemos dejar a Pavel tener un rato solo.

—Está bien, por favor dale las advertencias a Pavel sobre lo que puede hacer.

—Tranquilo, pavel sabe lo que tiene que hacer, si el quiere hacerlo lo hará, y si no quiere entonces no hará nada. — el rubio le entregó una sonrisa comprensiva al alfa.

Si de algo estaban seguros era que, el joven Omega si quería o no utilizar las ropas de su alfa para su placer, podía hacerlo.

Y si no quería, simplemente construiría un nido con la ropa de éste y estaría ahí por bastante tiempo.

Chai y Jai  eran conscientes que su pequeño cachorro ya tenía y sentía más cosas con aquel alfa, incluso ya necesitaba de su aroma para poder calmarse un poco.

Jai subió al segundo piso, se adentró al cuarto de su pequeño en celo y ahí lo vió, apenas entraba con aquellas bolsas vió como su cachorro comenzaba a olfatear el aire.

Pavel sintió el dulce aroma de su Alfa que tanto amaba cerca, logró localizar el dulce aroma en esas bolsas.

Pavel sintió como su calor disminuía un poco, el dulce aroma de Pooh logró calmarlo.