Y, aquello que resultaba más evidente acerca de Matías Recalt no eran sus calcetas coloridas, o su belleza cantarina. Para Enzo Vogrincic, lo más evidente de Matías Recalt era solo cuán tremendamente solitario él parecía ser.
—A... ¿Abogado? —Matías inquirió una vez que Enzo se hubo acercado, presentándose, mientras Bobby permanecía a su lado, mirando a Enzo como si lo midiera—. Creí que ya había hablado con todos los abogados que tenía que hablar —Matías casi titubeó, aferrándose sin darse cuenta al pelaje de su peludo amigo.
—Habló con los abogados del banco, me parece. Yo soy un abogado particular, me contrató su tío —Enzo explicó paciente y, sin dejar de acariciar a Bobby, Matías lo miró confundido.
—¿Mi tío? —preguntó.
Y es que, para Matías esto era tan extraño. Después de todo, su tío rara vez lo incluía en asuntos de negocios. Solo el haber resultado su único heredero había sido poco más que una sorpresa para Mati.
—Si gusta, puedo regresar a la ciudad para mostrarle el váucher de pago con la firma de él —el hombre que se había presentado como << el señor Enzo Vogrincic >> le ofreció—. No debería tardar más de cuarenta minutos o—
Sin embargo.
—¡No! —Mati exclamó antes de poder detenerse. Él tragó—. Quiero decir... te creo, yo... solo no fui notificado de esto antes, pero, no, no suelen avisarme de mucho por aquí, así que...
Y sus ojos castaños se posaron tentativos en el abogado frente a él antes de ocultarse de nuevo en el pelaje de Bobby.
—Entiendo —el abogado ofreció, pero no presionó más.
Mati mordió su labio inferior.
—Yo... bueno, tú... ¿Te gustaría entrar? —y, aquello había sido dicho con tal esperanza, que Matías esperaba que el señor Vogrincic no se hubiera dado cuenta de ello.
—Sería un placer, después de usted.
Mati avanzó hacia la casa, dejando que Bobby los siguiera. Él entró, sosteniendo la puerta para su invitado y arrojó a Bobby un juguete hacia uno de los salones principales para que lo atrapara y se quedara un rato jugando con él.
—Una disculpa por lo de Bobby, es realmente hiperactivo, pero es un buen chico...
—¿Es su perro?
—De mi vecina... ¿Tomas ron? —Matías preguntó, yendo hacia la cocina para buscar algo que ofrecerle al señor Vogrincic porque, hasta donde sabía, eso era lo que tenía que hacerse cuando uno tenía visitas si querías que estas no te dejaran a la de una.
Él rebuscó en su alacena.
¿Qué era lo que le gustaba tomar a Fabiola? ¿Ron y qué más...?, y es que, aunque el señor Vogrincic parecía mucho más joven que ella, Mati no tenía muchas referencias de adultos en las cuáles apoyarse justo ahora.
—Mierda... ¿Tú viste en dónde dejé el ron? —Matías le susurró a su rana de cerámica, que había llevado con él— ¿Se lo habrá llevado ella?
—Perdona ¿Dijo algo? —el señor Vogrincic le preguntó desde el pasillo principal en dónde lo había dejado esperando.
Matías dio un respingo, asomando la cabeza por la puerta de la cocina.
—¡No, no! ¡Lo siento! Solo preguntaba si le gustaba el ron... —reiteró.
—Oh, lo lamento, no soy fanático de las bebidas alcohólicas, agua estará bien para mí, si no es mucho inconveniente —el señor Vogrincic le dijo.
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LAS FLORES DEL PANTANO || MATIAS RECALT X ENZO VOGRINCIC FANFIC
FanficCorre el año de 1975, la homofobia no existe y el joven de 19 años, Matías Recalt, acaba de quedarse solo en un mundo que no conoce más allá de las paredes de su mansión. Es una suerte que, antes de morir, su tío abuelo le hubiera contratado a un ab...