CAPITULO 5

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— ¿ La han encontrado? —   dijo Alexander.

— No, buscamos en los alrededores del castillo, fuimos al pueblo pero no  la encontramos.

— Han pasado días, ¿Cómo es posible que no se encuentre por ningún lado? — le dijo Jackson.

— ¡papi! — dijo Félix entrando a la oficina de Alexander.

— ¡¿Por qué entras sin permiso Felix?! — dijo molesto.

— Papá…. ¿ Yoo? — agachó la cabeza.

— ¿en dónde están tus modales? No vuelvas a entrar sin permiso, lleven celo — ordenó a las criadas qué están en la puerta esperando por el niño.

— Deyanira. Preguntado por ti — dijo de pronto Jackson.

— ¿Por qué regresó tan pronto?

— Dijo que fe te extrañaba

— Si es eso….. Esta bien — pauso — volviendo al tema, quiero que vuelvan  a buscar en los alrededores.

— Si te parece bien, buscaremos más allá de las fronteras.

— Bien pero…. no crucen la línea límite no queremos problemas.

— Con tu permiso, me retiro. — dijo haciendo una reverencia.

Al salir de la oficina, Jackson se dirigió con los guardias para darle las indicaciones que el líder le había dado.

°

Lex, ¡¿no te he dicho que no podías pasar a la oficina de tu padre sin antes pedir permiso?! — dijo Deyanira agitando por los hombros a Lex.

— Lo siento madre — dijo el pequeño con los ojos llorosos y voz quebrada.

— ¡Qué no vuelva a ocurrir Félix o serás castigado! — lo miró con cólera — tienes que aprender a comportarte ¡Vete a tu habitación! — mencionó empujando lo hacía la salida — ¡y no salgas hasta que yo te diga! ¡¿Entendido!?

— Si, madre.

Lex camino hacia los pasillos lentamente mientras se aguantaba a no romper en llanto enfrente de las Crías da que lo seguían de ser a detrás suyo, cuando llegó a su habitación se encerró para solo entonces solas las lágrimas que había retenido.

°

Señorita su majestad no quieres que nadie lo interrumpa en estos momentos - dijo su criada

— Todo por culpa del mocoso de mi hijo, no tolero más su comportamiento, debería enseñarle a comportarse. —susurro para ella misma — ¡¿Por qué sigues aquí!? ¡Vete!

— Si señorita — la sirvienta se dio la vuelta para apresurarse a salir.

— espera — dijo acercándose a la sirvienta — ¿ cuantas veces te he dicho que me tienes que llamar “mi reyna”?  — dijo haciendo énfasis en lo último.

— lo siento…. Mi reyna… con su permiso

— ¡largo, no sirves!

°

Alexander se encontraba observando por la ventana perdido en sus pensamientos, se sentía desesperado, la situación en la que se encontraba lo hacía abrumarse cada vez más ya que no le favorecida absolutamente en nada, por una parte la llegada inesperada de aquella mujer que se parecía a su difunta esposa y por otra parte Dayanara hacía de todo para llamar su atención.

Se sentía completamente mal, no podía pensar con claridad solo quería salir corriendo del lugar en donde se encontraba para buscar por su cuenta a Gisella y por otra parte aun sentía desconfianza de ella hasta pensaba que era mejor si no volvía la mujer a su palacio.

— No te había visto de esa manera desde hace mucho tiempo — escucho una voz detrás suyo interrumpiendo sus pensamientos.

— Solo miro por la ventana Jackson — contestó con falso desinterés

— O tal vez esté pensando en la señorita Gisella.

— Si, simplemente me es imposible olvidarla tan fácilmente, incluso llegué a pensar que si no volvía sería mejor para mi ¿No crees? — dijo avanzando hacia su escritorio.

— Yo creo que es mejor no rendirse Alazander.

— ¿ Alguna noticia de su posible paradero? — preguntó esta vez.

— Aún no hay rastro alguno…..

— Olvidalo, es mejor así…. Informa que dejen de buscarla — dijo rendido.

— ¿Qué? ¿En serio te rendirás así de fácil? Hace mucho que esperamos este momento

— Alexander, sé que por el momento es difícil pero si somos constantes podemos encontrarla.

Alexander suspiró cansado, guardó un momento silencio tratando de pensar un momento.

— Jackson ¿Estás seguro que Gisella es..

Giselle?

— Es más que probable Alexander. En todo este tiempo nunca había visto a alguien  tan parecida a ella, creeme estoy convencido de que es ella. — dijo para tratar de que no se rindiera.

— Bien, entonces si estás tan seguro continuemos con su búsqueda, pero solo tú te cargarás de ello, no quiero que alguien más lo haga. — dijo totalmente seguro de sus palabras.

— con respecto al reyno, el líder del reino vecino solicitó una reunión contigo lo más pronto posible, — informó cambiando de tema tan repentinamente.

— ¿De qué se trata? — preguntó prestando atención a lo que diría su mano derecha.

— Quiere una alianza de reino, quiere que te cases con su hija. La princesa Olivia.

— Informarle en una carta que rechazó su oferta.

— Si, su majestad.

— Hay algo más — mencionó Jackson — el consejo también quiere que te reúnas con ellos.

— Bien entonces informales que se programa una reunión con ellos la siguiente semana.

— Como ordenes.

Durante toda la semana todo transcurrió normal para Gisella, aunque no había podido sacar por completo aquel suceso que le había dejado una sensación extraña, era como esos sueños que tenía todo el mundo que al despertar se sentía desagradable. En todo ese tiempo se dedicaba a su trabajo y a su pequeño hijo.

Mientras que en reyno de Alexander seguían buscando a Gisella sin tener éxito alguno los problemas de su reino comenzaban a surgir de la nada cosa que no había pasado hace tiempo

Jackson por su parte seguía poniendo todo de su parte, seguía reuniendo información para hacer a de la aparición y desaparición repentina de Gisella. Claro que para Jackson era aún más difícil su trabajo ya que independientemente de la búsqueda tenía que encargarse de su trabajo con mano derecha de Alexander y no ponía descuidar su trabajo.

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