007.
Jungkook se veía espectacular.
Unas medias que le llegaban hasta los muslos adornaban sus piernas. Un top transparente y bastante provocativo ocultaba sus pezones, mientras que una minifalda sus partes íntimas. El conjunto era en general negro, haciendo perfecto contraste con la piel pálida del chico, quien sonrió ladino tras ver la reacción en Vim.
—¿Te gusta lo que ves? —cuestionó incitante, flexionando su pierna derecha y apoyando sus codos en la superficie de la cama en donde estaba acostado boca arriba. Vim relamió sus labios con deseo—. Me siento tan patético estando así —confesó; no obstante, una expresión de superioridad contradecía sus palabras—. Pero en fin... un trato es un trato.
—Te ves muy bien, cariño —halagó, transportando su mano al muslo curvado. Lo frotó de arriba a abajo, atreviéndose a meter su extremidad por la minifalda, encontrando de inmediato el miembro de Kook. Este último gimió suave—. Esto para ti no parece una apuesta, parece más bien... un gusto... —mordisqueó sus labios, acción que fue imitada por el otro—. ¿No crees? —con indudable brusquedad, apretó la pierna posteriormente de haber bajado.
—Mh... —su espalda se dobló, mostrando su agrado por la situación. Vim sonrió con pitorreo—. ¿Cómo te fue en el trabajo?
—¿Desde cuándo te importa? —devolvió la pregunta. Entretanto, se deshizo de sus prendas superiores.
Rodando los ojos, Kook respondió—: desde que no quiero que lo de ayer se repita.
—Eres tan mojigato, cariño —burló, terminando de desnudarse en plenitud. A Jeon se le hizo inevitable no observar la gran cantidad de tatuajes otra vez—. Lo estabas disfrutando como la puta que eres.
—¡No me llames así porque no lo soy! Eso no te lo voy a permitir.
—¿Qué harás al respecto? —Interpeló tras gatear hasta la anatomía en la cama, la cual capturó en sus brazos luego de posicionarse encima, sin llegar a aplastarlo—. ¿Mh?
—Te voy a... —se lo pensó antes de continuar—. Te voy a dar un puño en esa cara de idiota que tienes —Vim carcajeó, dejando relucir su perfecta dentadura. Sus labios estaban considerablemente cerca, lo que ponía de alguna u otra forma nervioso a Jungkook—. Tienes la sonrisa más fea y rara que he visto en mi vida.
—Es curioso porque todos la aman. Es parte de mi encanto, cariño —y como si quisiera molestarlo, agrandó la curvilínea—. Mejor déjame besarte, perrita. No te pongas a la defensiva.
Un besuqueo, al principio a la fuerza, dio comienzo. Kook optó por continuar con el jueguito de la misma manera: rápido, doloroso y sofocante. Más que un beso parecía un tipo de ataque por ambos, sobre todo por el lado de Vim, quien se encargaba de dejar sin aire al azabache.
Esa noche pasó algo totalmente diferente. Habitualmente, Vim lo penetraba, maltrataba un poco y ahí se acababa la cosa; sin embargo, esa noche besó y dejó chupetones por su cuello, hombros, clavícula, abdomen e incluso piernas. El pelirrojo se dio el lujo de lamer y morder el bonito cuerpo del hombre que tenía debajo, que se veía cumplidamente a gusto ante cada accionar. La lencería femenina usualmente se veía mal en hombres, pero en Jungkook era completamente diferente. Ese conjunto resaltaba la belleza en él.
—A-ah... —gimió en cuanto la lengua de Vim hizo un recorrido desde su ombligo hasta su cuello, en donde chupeteó otra vez. Kook abrió y encogió sus piernas, deseando ser penetrado con prontitud. Su miembro ya se hallaba íntegramente erecto—. Fóllame.
—Tus deseos son órdenes, cariño —tomando su miembro -también erguido- lo alineó a la entrada de Jungkook y entonces lo penetró lenta y tortuosamente, deleitándose con la mueca de dolor y placer en el pelinegro—. Te encanta, ¿no es así?
—Sí... ah... —gimoteó, apegando todavía más los labios de Vim a su cuello. Este último rio, terminando de entrar con una tosca embestida—. Ah... sí... así... duro...
—¿Y luego dices que no eres una puta? —ascendió hasta el lóbulo de la oreja, el cual mordisqueó finamente. Su aliento chocaba contra el oído de Jungkook, enviándole cortos espasmos y escalofríos—. Te encanta que te rompa el culo, cariño. Pero está bien, porque a mí también me encanta rompértelo —dio tres rudas penetraciones que le robaron el aliento al menor—. Sólo mírate...
El vaivén emprendió. Uno igualmente áspero, como le gustaba a Jungkook y, en gran parte, también a Vim. El sudoroso cuerpo del azabache se movía bruscamente contra la cama que, como era asiduo, azotaba la pared.
—Ah... ah... ah... —tenía en cuenta lo ruidoso que estaba siendo, pero le importaba una mierda—. Sí... así...
Gruñendo, Vim se encargaba de llegar a fondo. Asimismo, meneaba sus caderas en círculos, dándole en el punto dulce al otro, quien no podía estar más saciado.
Fue así por prolongado tiempo. A veces la velocidad bajaba; sin embargo, más temprano que tarde retomaba el ritmo. Cuando los dos llegaron al orgasmo, hicieron algo que nunca hubiesen pensado hacer.
Durmieron abrazados.
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VIM © vkook
FanfictionCuando Jungkook pierde contra Vim una cantidad desmesurada de dinero que no quiere pagar, no le queda de otra que seguir las condiciones del millonario, quien desea que sea su juguete sexual por una semana. © houndix estado de la historia: TERMINADA...