En tu nombre estoy Yo

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Llegamos a la casa que rentaremos, estaremos aqui en lo que diseñamos nuestra casa.
Nos falta hablar sobre eso también, como vamos a querer nuestra hogar.

Todo fue tan rápido que aun tenemos tantos pendientes.

Bajo del auto cuando jazmín me abre la puerta y juntos caminamos hacia la puerta.

Cuándo entramos veo alrededor, es una bonita casa, todo tiene un estilo elegante y sencillo, tonos beige decoran las paredes y los sillones son de piel blancos, es de dos pisos por lo que jazmín y yo subimos las escaleras sin tomar más tiempo en ver alrededor, se supone que cuenta con tres habitaciones y la de nosotros es la más grande y la última del pasillo.

Una vez dentro de ella observo, aquí las paredes son de color perla y la cama es blanca y grande, tiene un dosel con pabellones en blanco.
Que elegante, con un toque romántico.

Me siento nervioso, ahora sin las copas en mi sistema y sin el valor que tuve ese día no soy nada atrevido.

Jazmín empieza a quitarse algo de ropa, ¿Que cree que hace?, ¿Entonces estaremos juntos?, ni siquiera me a dicho algo.
Que grosera.

Veo que saca ropa de las maletas, no me doy cuenta de cual hasta que veo la sorpresa en su cara mientras sostiene su saco, el que había dejado en mi casa.

- Aquí está - musita viéndome.

Me quedo mudo, bueno, soy culpable de haberlo escondido, esque diosa su olor está mucho mejor que antes.
Quise tenerlo un poco más conmigo, eso no tiene nada de malo, solo que no quería que lo supiera.

Desconocía que Cloti lo había puesto en la maleta.
Ahora mismo muero de la vergüenza.

- No sabía que estaba ahí, lo juro - alzo ambas manos.

Perdóname luna por ser mentiroso pero no puedo dejar que me descubra, primero muerto.

- Bueno no importa - lo avienta y saca más ropa.

Saco el aire de mis pulmones.
Menos mal.

- ¿Que buscas? - pregunto.

- Una pijama, aunque no encuentro una, demonios... ¿Te molesta que duerma en ropa interior? -

Me quedo mudo, ¿Que debería responder a eso?.

- ¿Y bien? - presiona.

- Como quieras - contesto indiferente.

Bueno, al fin y al cabo somos esposos.

- Solo no te me acerques mucho - le digo.

- ¿Que? -

- Somos esposos si, pero no tenemos tanta confianza, no quiero que tu... - la recorro con la vista y me sonrojo - Ya sabes qué me este incomodando -

- Estás diciendo que no tendremos acción esta noche - levanta ambas cejas.

- ¡No! - respondo rápidamente.

Escucho sus carcajadas y me hace enojar, está burlándose de mi.
Que se cree.

- Eres una imbécil - mascullo molesto.

- Mira Esteban, si, estamos casados, y no, no tenemos tanta confianza, solo cogimos una vez, entiendo que estés nervioso --

- No estoy nervioso - la interrumpo

- Hasta acá puedo oler tus feromonas Esteban, puedo sentir tu tensión, no tenemos que hacer nada que no nos haga sentir cómodos, si no quieres hacerlo no lo haremos -