Una vez leí que en los últimos siete segundos vida, tu mente pone un vídeo de esta misma y recuerdas todo lo que tuvo mayor impacto o importancia, por eso mismo ahora me encuentro rogando a ese pequeño chico que no tenía la culpa de mi rencor a su padre, le ruego que me permita ver sus ojos, y a la vez en una suplica silenciosa, su perdón.
Si voy a morir que es lo que va a pasar, quiero por un momento obligar a mi mente a recordar también a mi mejor amiga.
Pero al ver sus ojos, no encuentro nada de ella, si es el mismo color de ojos, y tiene un brillo similar cuando algo les rompe el corazón, pero no es ella, y sin querer miro más del chico delante de mi, que busca desesperado una solución para salvar mi vida.
“ Es solo un niño, ni siquiera se parece tanto a el ” un pensamiento paso por mi mente al verlo.
Su cara llena de tierra y sangre, su ropa toda sucia con manchas de lodo y rasgaduras, seguro causadas por sus huidas para seguir con vida.
Pero algo en su rostro mostraba una madurez aún mayor para un chico de 17 años, algo en su rostro y conducta le recordaba al pequeño de 11 años que cruzó la puerta del gran salón, con miedo en sus ojos, tan indefenso.
En ese momento la culpa lo invadió, el era un niño al cual no se le permitió serlo, y por un momento se vió reflejado en la vida de ese chico, ambos maltratados desde pequeños, por personas que tenían que dar protección, para luego ser maltratados e insultados solo por pertenecer a una casa diferente, o parecerse a alguien que ni siquiera conoció en persona.
Sintió como si algo o alguien se riera de el, como si un poder divino le estuviera cobrando todo lo malo que hizo llenando lo de culpa, se odio en ese momento por sus elecciones de vida y deseó haber podido cambiar algo.
“ se que mi vida fue una miseria pero desearía poder darte otra oportunidad de vivir tu vida ” pensó antes de que todo se volviera negro.
Rodeado de oscuridad dejo de sentir frío y dolor, al contrario se sentía levitar en el aire, sentía que sus heridas se desvanecían y el veneno de la serpiente maldita desaparecía de su cuerpo.
Dando un suspiro de paz dejo que la muerte juzgara sus acciones y si tenía que irse al infierno lo aceptaria con gusto, pues si bien había cometido crímenes, estaba seguro que esto le daría una oportunidad al pequeño Gryffindor que merecía una vida sin miedo.
En un según a otro la oscuridad cambio bruscamente por una luz segadora, que le hizo cerrar los ojos lo más rápido que pudo.
— profesor hasta la muerte no?— escucho una voz conocida hablándole.
Con miedo abrió los ojos, notando que el lugar donde se encontraba ahora no era el infierno que pensó, pero tampoco el cielo.
Estaba en un gran salón de pociones, en el se encontraba todo lo que podía recordar de su antigua aula, las sillas, las enormes mesas que se posicionan en dirección a el, el cuenco de piedra para lavarse las manos se encontraba en la misma esquina de siempre.
Lo único que le recordaba que todo esto no era real, era el increíble brillo que brotaba de cada rincón del salón y de las cosas que se encontraban en el, todo resplandecía tan mágicamente, que pensarías que la luz dañaría tus ojos, pero no, la luz sorprendente daba confort y tranquilidad.
Ubicando la voz que antes escucho, lo vio, sentado con su uniforme de hogwarts, solo que este se notaba que era nuevo y hecho a la medida, nada parecido a el que siempre usaba que era obviamente de segunda mano.
Pero el logo de su casa no estaba, si no que en su lugar venía una fecha bordada.
Por inercia miro su ropa, y pudo notar la misma fecha grabada en su traje, con pesar regreso, su vista al joven sentado delante de el, el le miraba con una sonrisa como si algo tramara, pero el conocía esa sonrisa, como no conocer la famosa sonrisa antes de una travesura Wesley.
— no me mire así profesor, veo que ya sabe que yo también he muerto— dijo el pelirrojo mientras señalaba su bordado — el mismo día que usted, le tengo que confesar que a diferencia de usted yo estoy aquí por un deseo egoísta.
— a que te refieres — pregunta levantándome de mi asiento — y en dónde estamos?
El miro a todos lados antes de hablar.
— es como su limbo— contestó,jugando con sus manos como si buscará las palabras para continuar. — supongo que es un lugar que le da paz, o domina a la perfección.
— y porque estamos aquí, bueno, digamos que cuando la explosión por la cual morí, mis únicos pensamientos fueron sobre no querer morir, porque seamos honestos, quien a sus 20 años quiere morir y de esa forma.— decía mientras su mirada se perdía en algún punto fijo de la pared.
— estaba aterrado, y enojado, no quería morir, y mucho menos quería dejar solo a mi hermano George— al escuchar eso por lo menos pude confirmar cuál gemelo era el que había muerto
— cuando despierte, si se le podría decirle así, estaba en la tienda de bromas, pero bueno en realidad no lo era, era como mi limbo, por resumirlo— su semblante pasó de tristeza a uno de seriedad, cosa que solo habia visto en el muy pocas veces.
— recuerdo estar, llorando por no querer morir, de querer regresar, cuando una voz me llamó y me ofreció un trato, bueno el trato no era para mí, si no yo más bien soy el mensajero.
— me estás diciendo que se me ofrece un trato para no morir — pregunte incrédulo, no me lo creía, se suponía que ya por fin podría descansar y olvidar todo lo de la tonta guerra y bandos del bien y mal.— y porque a mi, porque no se la dan a alguien que lo merezca de verdad, talvez a usted joven Wesley — dije mientras en mi mente pensaba en todos los que podrian apreciar esta oportunidad.
Porque no a alguien de mayor valor, o que aún se quisiera aferrar a la vida, incluso si tuviera una familia.
— para ser honesto profesor, yo también me cuestione eso — me dijo mientras se ponía de pie y caminaba en mi dirección
— seamos honestos, usted nunca fue mi favorito y podría decirle que hasta lo llegué a odiar — en eso tenia razón, estaba seguro que la mayoría me odia— pero yo no elegí a quien mandar.
— esa voz me dijo que tal vez mi futuro cambiara, la persona o entidad que nos regala está nueva oportunidad se conmovió de que sus últimos pensamientos fueran pensando en otros antes que en usted— le miré incrédulo, no sería la única persona en pensar en otros antes de morir.
— y así de fácil, por pensar en alguien más, se te da una oportunidad — dije burlándome en su cara de la situación.
El Wesley me miró y en sus ojos note la desesperación y las ganas de decir algo, pero de su boca no salió mas que un suspiro.
— sin rodeos o más explicaciones— dijo cambiando a la puerta que yo identifique como de salida — se supone que debe decidir rápido, ya se le informo que se le dará una nueva oportunidad, que es para ayudar a Harry, la toma a la deja, no puedo dar más información sobre a qué época va o porque usted, porque eso no lo sé — cada palabra salía de el como si estuviera poniendo todas sus esperanzas en ellas.
Una parte de mi se enojo como me daban escasos minutos para tomar una decisión así de importante, quise preguntar más, pero el sonido de una campaña inundó el lugar.
Fred dió un respiro ondo antes de abrir la puerta, de la cual no se miraba nada solo una luz blanca segadora.
— el tiempo se acabó, todo depende de lo que usted decida profesor —dando una bocanada de aire y un suspiro cruzó la puerta.
Camine en su dirección, pensando que hacer, arriesgaría toda mi vida por un Potter, claro que no, ahora estaba libre de todo, y por fin había muerto.
Así que dándome valor camine directo a la luz y antes de cruzar mal dije en mi mente.
— siempre arruinando mis planes Potter — grite antes de cruzar la puerta — acepto el trato — grite entrando a la luz.
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Mi segunda oportunidad.
Fiksi PenggemarApunto de morir y solo pensar en el bien de otra persona es más difícil de lo que parece. En mis años como la muerte solo muy pocas almas han hecho eso y más cuando se les considera con un pase directo al infierno. Pero el hombre que está delante mí...