-La única razón por que la que sigo con vida, eres tu.
Aveces el pasado y el presente pueden chocar, y Catherine lo entenderá al conocer a la familia Cullen, pero sobre todo aquel doctor de mirada ámbar tan deslumbrante que ya se en sus memorias ya...
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CAPITULO 2
Tres días después de su última videollamada, Catherine, Ana y Maxwell caminaban juntos por las calles de Forks, disfrutando del ambiente frío y nevado que envolvía el pueblo. Las clases habían terminado temprano, y el plan era claro: dirigirse a la cafetería del pueblo para estudiar juntos para los exámenes que se avecinaban. La ligera capa de nieve que había caído durante la noche crujía suavemente bajo sus botas, y la brisa fresca les rozaba las mejillas enrojecidas por el frío.
—¡Miren cómo cae la nieve! —comentó Ana con entusiasmo, levantando la vista al cielo mientras pequeños copos danzaban a su alrededor—. No es mucha, pero es tan bonita... me encanta cómo todo parece más tranquilo cuando nieva.
Catherine la escuchaba, observando los copos con una sonrisa suave. Había algo mágico en cómo la nieve caía en Forks, un lugar donde este tipo de clima no era común. Cada rincón del pueblo parecía adquirir una atmósfera diferente bajo la capa blanca y suave. El aire frío también les despejaba la mente, ayudando a mantener el ánimo alto antes de enfrentarse a las largas horas de estudio.
—Totalmente de acuerdo —respondió Maxwell, dando una patada ligera al suelo nevado y sonriendo—. Esto va a ser perfecto para una guerra de bolas de nieve más tarde. Estoy listo para cuando quieran.
Ana soltó una risita y rodó los ojos, aunque su expresión divertida mostraba que estaba totalmente dispuesta aceptar el desafío.
—Claro, Maxwell, porque claramente la mejor manera de estudiar para los exámenes es arrojarnos nieve —bromeó, aunque había un toque de verdad en su comentario.
Catherine caminaba al lado de ellos, envuelta en su abrigo y con las manos en los bolsillos. Escuchaba a sus amigos con una sonrisa tranquila, disfrutando de la familiaridad de sus voces y de cómo el ambiente invernal parecía traer consigo una sensación de paz. Sabía que Ana y Maxwell siempre encontraban formas de hacer que los momentos juntos fueran especiales, incluso algo tan simple como ir a estudiar en la cafetería del pueblo.
—Al menos, la nieve hace que todo se vea más... no sé, acogedor —comentó Catherine, su voz suave mientras miraba a su alrededor, viendo cómo los copos caían lentamente sobre las farolas y los techos de las casas.
Finalmente, llegaron a la cafetería, donde el calor del interior les dio la bienvenida de inmediato. Catherine sintió cómo el frío de su piel comenzaba a desvanecerse cuando entraron, y el aroma a café y chocolate caliente llenó el aire. El lugar estaba animado, pero aún había una calma acogedora en el ambiente.
Escogieron una mesa cerca de la ventana, desde donde podían ver la nieve caer suavemente en el exterior. Los copos seguían su lenta danza mientras la luz del sol de la tarde los iluminaba con un brillo tenue.
