Como ultima opción

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Gun había pasado gran parte de su vida en un pueblo pequeño. Amaba su ciudad natal, tan tranquila, acogedora, había tenido sus primeras experiencias en aquel lugar, su primera borrachera, sus primeros amigos, la escuela. Los recuerdos le pertenecían a la ciudad.

Todos conocían a todos. Salir era encontrarse con conocidos que no dudaban en saludar e incluso detener tu camino para mantener una conversación. Nada malo había en ello, hasta que en la charla aparecían nombres de terceras personas. Por lo que, por supuesto, los rumores, chismes no tardaban en entrar por las puertas de cada persona.

Todos somos curiosos y mantener esa duda de lo que paso por la vida de aquella persona con la que llegaste a tener algún acercamiento o enfrentamiento. Gun incluso escuchaba con atención en ocasiones, pero no le agradaba continuar compartiendo los rumores, él era el quiebre de la comunicación.

Ser la comidilla de los alrededores era lo peor que podía pasarte. Y Gun lo estaba siendo ahora y no tendría que ser así.

Había viajado a su ciudad natal a descansar un fin de semana con su familia, la primera noticia que le dieron fue el anuncio de la boda del que alguna vez fue su novio.

No debía afectarle, después de todo, habían concluido su relación en buenos términos. Pero por dios, había pasado solo un año, no se podía comparar con los seis años que estuvieron juntos. Y resultaba que Sak había encontrado al verdadero amor de su vida en ese tiempo.

No le dolía hasta hacerlo temblar; solo era incómodo y decepcionante ver lo fácil que había sido olvidarse de su historia. Y con ello, olvidar la idea de reencontrarse después de una larga temporada para descubrir si realmente eran el uno para él otro.

El anuncio de la boda estaba puesta, su familia incluso tenía una invitación.

Suspiro con tristeza al recordar su historia de amor con Sak, todo había sido grandioso hasta ese último año, que solo habían sido peleas.

La comunidad no se había sorprendido con la noticia de la boda, incluso felicitaron a Gun tras el anuncio. Después fue incómodo al notificarles que no sería él con el que se casaría, sino otra omega de la provincia.

Y luego llegaron los murmullos burlones a su persona, por ser el abandonado de la relación, porque después de Sak él no había presentado a nadie más. Algunos decían que estaba enardecido, que quizás la omega de Sak sería mejor a él, con un mejor trabajo y licenciatura.

Había un estúpido rumor que decía que aquel día aparecería de blanco e interrumpiría la boda y lucharía por el amor que hubo entre ellos.

Tal vez era su culpa que ese rumor estuviera tan encendido. No podía hacer bromas con sus vecinos, porque inmediatamente correrían a contarlo. Claro que no haría tal cosa, sería muy cruel para la omega con la que Sak se casaría y para el alfa.

Las primeras semanas se había negado a asistir, era innecesaria su presencia, por su puesto. Nadie querría a la pareja más duradera de tu pareja en la boda, pero el reencuentro con Sak en la última visita a sus padres le quito el aliento.

—Debes asistir a la boda —exclamo Sak con emoción.

—No creo que sea correcto —negó con burla. Gun introdujo sus manos a los bolsillos de su grueso abrigo, se habían encontrado en una mala temporada, la noche congelaría a cualquiera. Él era un buen ejemplo.

—¿Por qué no? —Sak cuestiona con incredulidad— nos conocemos desde niños, vivimos muchas cosas juntos y somos amigos.

—No creo que a tu prometida le guste tener al ex de su esposo ahí —se ríe ligeramente, recargándose en el coche del alfa.

Una Historia Más •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora