Capítulo 6

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El fin de semana por fin había llegado, y con él, nuestra salida planificada desde hace días. Era raro que todos pudiéramos juntarnos sin que alguno estuviera ocupado con alguna tontería. Megumi y yo habíamos quedado con Nobara, Inumaki, Maki, Panda —que, realmente ya ni me acordaba del porqué del apodo— y Yuta, que acababa de regresar del extranjero.

Salimos de casa temprano, más que nada porque Megumi es de los que prefieren salir con tiempo y evitar cualquier inconveniente. Yo, por otro lado, estaba algo emocionado. Aunque el plan era simple —ir a jugar bolos—, el hecho de que todos estuviéramos juntos lo hacía mucho más divertido. Siempre había algo que terminaba siendo un caos con ese grupo.

— No me gustan los bolos —murmuró Megumi mientras caminábamos hacia el punto de encuentro.

— ¿Y a ti qué te gusta? —le respondí riéndome—. Siempre estás quejándote de todo. Si fuera por ti, nos quedaríamos todo el fin de semana encerrados en casa viendo documentales aburridos.

Megumi me lanzó una mirada cansada, de esas que solía hacer cuando sabía que tenía razón pero no quería admitirlo.

— No me molestaría ver un documental tranquilo en lugar de... esto —contestó encogiéndose de hombros.

— Eso es porque no tienes alma —bromeé, dándole un empujoncito que lo hizo tambalearse un poco. Me encantaba molestar a Megumi porque, a pesar de que siempre ponía cara de molestia, nunca se enojaba de verdad conmigo.

Llegamos al lugar de encuentro, una esquina cerca de la estación donde siempre quedábamos. No fue sorpresa ver a Panda molestando a Maki desde antes de que llegáramos. Esa dinámica nunca cambiaba, y aunque Maki intentaba ignorarlo, Panda siempre lograba sacarle alguna respuesta sarcástica o una amenaza de muerte.

— ¡Maki, te apuesto que te gano esta vez! —decía Panda mientras fingía hacer estiramientos como si estuviera a punto de correr un maratón en lugar de lanzar una bola de bolos.

Maki, con los brazos cruzados y una expresión de aburrimiento, le respondió con su típico tono sarcástico:

— Panda, ni aunque te dejara ganar podrías superarme. No es cuestión de suerte, es cuestión de habilidad.

Panda sonrió como si no hubiera escuchado su respuesta y siguió con sus estiramientos absurdos. Era impresionante cómo podía ser tan optimista incluso cuando sabía que iba a perder.

Por otro lado, Inumaki estaba un poco apartado, enseñándole algo a Nobara en lenguaje de signos. Desde que había aprendido un poco, yo también intentaba comunicarme con él, pero Nobara parecía bastante concentrada, cosa que me sorprendía considerando que normalmente tenía la capacidad de atención de un pez.

— ¿Qué están haciendo? —les pregunté mientras me acercaba.

Nobara levantó la vista y sonrió.

— Inumaki está enseñándome a decir "idiota" en lenguaje de signos. Muy útil para cuando tenga que lidiar contigo o con Panda —respondió con una sonrisa que claramente estaba cargada de malicia.

— ¡Oye! —protesté con una sonrisa. Sabía que no lo decía en serio, pero igual me encantaba la forma en la que Nobara siempre encontraba una manera de burlarse de mí.

Yuta, como siempre, estaba más callado, apoyado en una pared cerca de nosotros. Desde que volvió del extranjero, parecía que no había cambiado mucho. Siempre había sido reservado, pero ahora lo era aún más. Me acerqué para ver si podía sacarle algo de conversación.

— ¡Yuta! —dije animado—. ¿Listo para perder en los bolos?

Yuta sonrió, esa sonrisa tranquila que siempre ponía, pero no dijo nada. Lo típico.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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Un nuevo comienzo/ ItafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora