Cap 5

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En un lugar alejado de cualquier humano, un lugar desconocido por los seres vivos de la tierra, intocable. Se hayaba una ave humanoide caminando por los pasillos, los pasillos vacíos y con poca vida.

La ave humanoide llegó a una puerta gigante, la puerta se abrió enfrente de él encontrándose con tres tronos enfrente de él, ya sabía lo que iba a suceder..

― Explícate Retwyn. ― Escucho al monarca en el trono hablar con una voz penetrante y aterradora, el ser estaba cubierto por oscuridad, era imposible ver siquiera su propio cuerpo.

Retwyn agachandose pidió perdón. ― Discúlpeme monarca! El niño se escapo pero eso estuvo fuera de mis límites, y intentare arreglarlo lo mas rapido que pueda. ― Hablo con una voz fuerte pero temblorosa la ave humanoide.

― IDIOTA! ― Grito una voz femenina al lado derecho del trono del monarca, era una mujer humanoide con un rostro deforme y un cuerpo excesivamente delgado. ― MATASTE A SUS PADRES! ESO NO ESTABA EN EL PUTO PLAN! ― Golpeó su asiento en furia haciendo que todo el lugar temblará.

― Era evidente que eso pasaría, todos saben de que Retwyn es el más.. inquieto de nosotros. ― Hablo una figura a la izquierda del trono del monarca, tenía una sonrisa horripilante mientras que su cuerpo rojiso transparente mostraba su esqueleto y órganos internos. ― Pero de todas formas, perdimos nuestra oportunidad, ya no confiara en ninguno de nosotros. ―

― Retwyn. Sabes lo importante que el era para nuestro plan? Acaso intentas terminar como tu hermano? Muerto por las manos de ... seres despreciables. ― Cuestiono el ser de negro que llamaban monarca.

De inmediato Retwyn se arrodillo hasta el suelo suplicando a su monarca. ― Prometo arreglarlo! Será como si eso nunca hubiera pasado! Le suplico piedad mi monarca! ―

La figura de negro lo examino, cinco minutos de silencio hasta que una mano salió de la oscuridad, ortogandole el permiso de continuar su travesia. Pero con la advertencia clara, no más errores apartir de ahora.

― Agradezco su piedad mi monarca! ― Hablo con alivio Retwyn levantándose para retirarse apresurado sin querer probar su suerte.


...

La casa de carmen era bastante linda sinceramente, estaba llena de plantas y de colores vibrantes, estaba muy decorada. Estaba haciéndose un café mientras prendía una televisión muy grande, nunca había visto una así antes, mucho menos con color.

Zhou miraba el lugar cuidadosamente mientras jugaba con un mechón de pelo. Pronto Carmen volvió y se sentó al enfrente de nosotros mientras tomaba su café.

― Bien, para que me buscaban? ― Pregunto con seriedad con un tinte de curiosidad.

― Ya sabes no? Eres un countryhuman, nosotros también. Vinimos a buscarte para evitar que mueras. ― Respondió Zhou con aburrimiento mientras arreglaba su postura.

― Jaja, que gracioso eres. Supongo que eres china no? Te ves igual que cuando yo tenía 12 años, el gobierno chino te sigue pagando? ― Se burlo levemente mientras tomaba su café. ― Y tu? Que país eres? ―

― a-ahm.. creo que, Venezuela ? ― Dije inseguro de mi respuesta.

Pude ver como sus ojos brillaron al decir eso. ― Perfecto, eres mi tercera mitad! Solo falta encontrar a Ecuador y Panamá y estamos completos. ― Dijo con una leve risa para después dejar su café en la mesa y voltear a ver a Zhou con una cara seria. ― Que quieres China? Es la primera vez que te veo, pero no creas que te dejare hacer lo que quieras como antes. ― Hablo con una voz seria.

― Ah.. así que recuerdas eso..? Dime carmen, cuantos años tienes ahora. ―

― 26, pero no deberías preguntarmelo a mi, Abuelo. ―

La Matanza De Los PrometeosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora