«capítulo 1»

192 5 0
                                    

★★★★★

D

esde el primer día en la reserva de River, Julián y Enzo se habían conectado de manera natural. Ambos compartían no solo el sueño de llegar a la primera división, sino también una manera de ver el fútbol, de entrenar duro, de sacrificarse por lo que más amaban. Pero más allá de la cancha, lo que los unió fue algo más simple: una amistad que se fue formando entre risas, tardes de fifas y charlas interminables sobre el futuro.

Con el paso de los años, esa amistad se fortaleció y creció. Compartieron los nervios de los primeros partidos en la primera división, la emoción de ser convocados a la selección y el orgullo de llevar la camiseta de River en los grandes escenarios. Se volvieron inseparables, dentro y fuera de la cancha.

Sin embargo, en los últimos meses, algo había cambiado. Al menos para Julián. Ya no se trataba solo de la amistad y la complicidad que siempre había existido entre ellos. Ahora, cada vez que Enzo lo miraba o le sonreía, Julián sentía un cosquilleo extraño, una sensación que no podía ignorar, aunque intentaba con todas sus fuerzas disimularlo. Lo último que quería era arruinar su amistad.

Era una tarde cálida de otoño cuando se encontraron en el predio de entrenamiento después de una jornada ligera. Los días previos al clásico contra Boca siempre eran tensos, pero esa tarde, Julián y Enzo decidieron ir a tomar algo en un café cercano para despejarse un poco.

—¿Te acordás de la primera vez que jugamos contra ellos en la reserva? —preguntó Enzo mientras revolvía su café con desgana.

Julián sonrió, mirando su propio vaso. —Cómo olvidarlo. Casi me muero de los nervios, pero vos estabas como si nada.

—Mentira, yo también estaba re cagado. —Enzo soltó una carcajada y sacudió la cabeza—. Pero fue fútbol masterclass. Ganar ese partido nos cambió la vida.

—Definitivamente. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que esto era real, ¿no? —Julián lo miró fijamente, recordando aquellos días donde todo parecía incierto, pero la ilusión de llegar a primera los mantenía con los pies en la tierra.

El silencio entre ellos era cómodo, como siempre. Sin embargo, Julián sentía un nudo en el estómago. Desde hacía un tiempo, notaba que esos silencios le pesaban más que antes. No porque fuera incómodo, sino porque lo hacían pensar demasiado en lo que realmente sentía por su amigo.

—¿En qué pensás? —preguntó Enzo de repente, notando la expresión distante de Julián.

Ehh, nada, me estaba acordando de esos tiempos. Parece que fue ayer bld.

—Sí, ya sé. A veces me pregunto qué será lo próximo que nos espera —respondió Enzo, con la mirada perdida por un momento. Luego volvió a enfocarse en Julián—. Sea lo que sea, sé que vamos a estar bien. Siempre estuvimos juntos, y siempre lo estaremos.

Las palabras de Enzo resonaron profundamente en Julián. Sintió un calor en el pecho que no podía explicar, una especie de tranquilidad mezclada con nervios. ¿Por qué esas palabras lo afectaban tanto ahora?

El resto de la tarde pasó entre bromas y recuerdos, pero para Julián, todo parecía teñido por una tensión que antes no había sentido. Cada vez que Enzo le sonreía o lo miraba, su corazón latía más rápido, y aunque intentaba no pensar demasiado en ello, la realidad era clara: sus sentimientos por Enzo estaban cambiando.

★★★★

Hola, quería avisar que más o menos depende de mí imaginación pueden ser o muy cortos o un poco más largos, también puedo dejar por algunos días de actualizar por temas escolares o por la poca vida social que tengo.
Espero que les guste más o menos a dónde va la historia, si no les gusta algo o quieren modificar, me lo pueden decir, chauu

°•°•Más allá de la amistad •°•° julienzo •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora