«Capitulo 3»

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★★★★

Ya habían pasado algunos días desde la noche en la que Julián Álvarez y Enzo Fernández se confesaron sus sentimientos y sellaron esa confesión con un beso bajo las estrellas. Desde entonces, las cosas entre ellos se sentían más naturales, pero al mismo tiempo, nuevas. Era como si hubieran cruzado una línea invisible que siempre había estado allí, pero ninguno se había atrevido a reconocer. Ahora, su relación seguía siendo la misma en muchos sentidos, pero cada pequeña sonrisa, cada toque de manos o miradas compartidas significaban mucho más.

Enzo se sentía en las nubes, pero también le carcomía la incertidumbre. Julián y él habían hablado, se habían besado, pero no habían discutido sobre lo que eso significaba para ellos. Enzo no podía sacarse de la cabeza una pregunta: ¿Qué pasaba ahora? ¿Eran novios o seguían en ese limbo incierto?¿Que carajo eran?

Una tarde, después de un entrenamiento con la selección, Enzo decidió hablar con unos de los cordobeses más pelotudo, buena onda, consejero, fachero y de confianza que conocía; Cristian, alias, "Cuti" Romero. Ambos se llevaban bien desde que se encontraron por primera vez en la selección, y Enzo siempre había admirado la manera en que Cuti manejaba tanto su vida profesional como personal. Aunque aveces las cosas se le iban de las manos y se armaba bardo, pero es lo de menos.

Después de la sesión de entrenamiento, Enzo y Cuti se quedaron en el gimnasio, estirando mientras charlaban de cosas triviales. La conversación giraba en torno al próximo partido y los planes para el fin de semana, hasta que Enzo decidió que era el momento de abrirse.

—Che, Cuti, ¿te puedo contar algo? —dijo Enzo, un poco nervioso.

— Decime, gordo—respondió Cristian, levantando una ceja y mirándolo con curiosidad.

Enzo respiró hondo antes de continuar. —Es sobre Julián. El otro día, después del partido contra Boca… me dijo que le gustaba.

Cristian se quedó en silencio unos segundos, asimilando lo que su amigo le acababa de contar. Luego, sonrió y le dio un suave golpe en el hombro.

—¡Ehhh! ¡Yo sabía la concha de madre!, Fa re capo el Juli—dijo Cuti, con una sonrisa cómplice.

Enzo soltó una risa nerviosa, frotándose la nuca. —Sí, bueno, la verdad es que no me lo esperaba, pero… yo también siento lo mismo por él. Nos besamos y todo.

—Eso está buenísimo, hermano. ¿Y qué pasó después?

—Ese es el tema… —Enzo frunció el ceño—. No hablamos mucho sobre eso. No sé si somos novios o si fue algo de una sola vez. No quiero arruinar lo que tenemos por apurarme, pero tampoco quiero quedarme esperando.

Cuti lo miró con una mezcla de comprensión y diversión. Para él, la situación parecía bastante clara, pero entendía que para Enzo, lleno de dudas, no lo era tanto.

—Mirá, Enzo —comenzó Cristian, con ese tono seguro que lo caracterizaba—. Julián te confesó sus sentimientos, se animó a dar ese paso. Eso ya es un montón. Si te besó, no fue solo por impulso. Lo conozco bien, y es de los que piensan mucho las cosas. Si querés saber a dónde van con todo esto, lo mejor que podés hacer es hablar con él, y ya que estás, ¿por qué no le pedís que sea tu wacho?, total no vas a perder nada con intentar.

Enzo se quedó en silencio, sorprendido por lo directo que había sido Cuti. Pedirle a Julián que fuera su novio sonaba como un paso gigante, pero en el fondo sabía que era lo que quería.

—¿Vo deci que lo haga? , es mucho, pero es lo que quiero, no sé loco estoy cagado—preguntó Enzo, aunque parte de él ya conocía la respuesta.

—Sí, boludo. ¿Para qué esperar? Julián es un buen pibe, y ustedes tienen algo especial. ¿Por qué no disfrutarlo y hacer las cosas claras desde el principio?

Enzo asintió lentamente, sintiendo cómo las palabras de Cristian hacían eco en su mente. Quizás tenía razón. Si ambos sentían lo mismo, ¿por qué no dar el siguiente paso?

—Sí, tenés razón, Cuti. Le voy a hablar hoy mismo.

—Muy bien tonto, hasta que pensas. Igual no te comas la cabeza, tranqui. Que no te tiemblen las piernas —Cuti le dio una palmada en la espalda y se levantó, dando por terminada la conversación con una sonrisa de apoyo—. Y cuando sean novios, me hago el sorprendido y que no entiendo nada.

Enzo soltó una carcajada y asintió. Ahora se sentía más seguro, con una determinación renovada. Sabía que hablar con Julián sería la mejor manera de aclarar las cosas, y aunque le daba un poco de miedo, estaba listo para enfrentar lo que viniera.

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Esa misma noche, después de un largo día de entrenamiento, Enzo decidió que era el momento de hablar con Julián. Habían quedado en verse en su habitación compartida en el hotel para cenar y ver una película, como solían hacer diariamente, pero esta vez, Enzo tenía algo más en mente.

Cuando llegó, Julián lo recibió con una sonrisa. Todo parecía normal, como siempre. Se sentaron en el sillón, empezaron a comer y hablar de cosas triviales, pero Enzo sentía que la conversación importante estaba cada vez más cerca.

Después de un rato, cuando la película estaba por empezar, Enzo apagó la televisión y se giró hacia Julián, decidido a no esperar más.

—Juli, tenemos que hablar de algo —dijo Enzo, tratando de mantener la calma.

Julián lo miró, un poco sorprendido por el tono serio de Enzo. —¿Qué pasa? ¿Paso algo enzu?

—Sí, sí. Está todo bien… va, creo que puede estar mejor —respondió Enzo, sintiendo cómo su corazón se aceleraba—. Desde el otro día, cuando me dijiste lo que sentías por mí, estuve pensando mucho en lo que significa para nosotros. No quiero que esto se quede en el aire, sin saber qué es lo que somos o qué va a pasar.

Julián lo miró, y por un momento, Enzo notó la misma incertidumbre reflejada en los ojos de su "amigo".

—Yo también estuve pensando en eso —dijo Julián suavemente—. No quería presionarte ni nada, porque no sabía cómo te sentías, pero yo… yo quiero que esto sea algo más. No quiero que se quede solo en una confesión y un beso.

Enzo sintió una oleada de alivio al escuchar esas palabras. Todo el miedo que había sentido se disipó, y sin dudarlo más, tomó la mano de Julián.

—Yo tampoco quiero que se quede en eso —dijo Enzo, mirando a Julián a los ojos—. Quiero que seamos algo más. Quiero que seamos novios, Juli. ¿Qué te parece?

Julián sonrió, y sus ojos brillaron con una mezcla de emoción y alivio.

—Me parece perfecto —respondió, antes de inclinarse hacia Enzo y besarlo suavemente.

El beso fue lento, pero lleno de significado, como si ambos estuvieran confirmando lo que ya sabían en el fondo. Estaban juntos, de una manera que nunca antes habían imaginado, y nada podía detenerlos ahora.

Cuando el beso terminó, se quedaron abrazados en el sillón, sabiendo que el futuro que compartían sería aún mejor de lo que habían soñado.

★★★★

Hola, como están?, yo como el orto, ya llore diez veces corte depresivo, pero nada grave, creo. Acá les dejo un cap nuevo, capaz hago otro hoy y lo subo. Gracias por leer, chauu.

°•°•Más allá de la amistad •°•° julienzo •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora