¿𝐐ué onda, capo? 𝐈𝐕.

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Se encontraban sentados en la orilla de la fuente del castillo.

La brisa de la tarde les pegaba en el rostro, lo cabellos en sus rostros volaban mientras veían el hermoso atardecer que se estaba formando.

── Oye, 'mijo. ── Le llamó la atención el castaño.

── ¿Qué pasa, 'apa? ── Preguntó, sacando la paleta de su boca mientras veía a su padre.

Roier seguía viendo al atardecer. Dudaba en preguntar lo que estaba a punto de preguntar.

── ¿Eres feliz aquí? ── Preguntó calmado, o eso quería transmitir.

Bobby lo vió sorprendido, ¿Qué pregunta es esa? ¿Qué se supone que diga?

── Yo...── Dudó. ── Sí..., sí, sí soy feliz aquí; Cell y Richas son geniales, y-

── Ahora respondeme con con la verdad. ── Lo paró en seco el castaño. Lo vió con una expresión calmada, pero seria.

Bobby no sabía que decir. Sabía que sentía, sí, pero no sabía cómo decirlo.

¿Qué le diría a su padre? "Realmente no me gusta para nada estar aquí, odio a tu esposo." No podía decir algo así. Tampoco es como si odiase en realidad a los dos brasileños.

── Bobby, hijo. ── Llamó su atención Roier. Sabía que iba en serio. Muy en serio. ── Puedes tenerme confianza, y lo sabes. Yo solamente busco tu felicidad, si eso significa arrancarme el corazón, lo haré. ── Habló, aún más serio que antes. ── Así que, quiero que me digas con la pura verdad; ¿Eres feliz aquí?

Le había preguntado nuevamente su padre.

Aquella pregunta resonó por toda su cabeza.

¿Era feliz ahí?

── No. ── Dijo serio también. Roier no cambió su expresión, pero de alguna forma, estaba aliviado. ── No soy nada feliz aquí, papá. ── "Papá" él nunca le decía así. ── Me agradan ellos, pero no es lo mismo. ── Siguió. ── Ya no estámos en casa, Ramón ya casi no está...él no está.

Golpe bajo. Muy, muy bajo.

── Vámonos. ── Dijo Roier casi al instante.

Bobby lo vió confuso. La expresión serena de su padre no le transmitía lo mismo. Le daba inquietud.

¿Qué quería decir con "vámonos"?

── Vámonos esta noche, volvamos a nuestro hogar. ── Le sonrió Roier, dejando todavía más confundido a su hijo.

── ¿Qué? E-espera, ¿Sabes lo qué estás diciendo? ── Habló nervioso, incluso su paleta se había caído. ── ¿Qué hay de Cellbit? ¿Qué hay de Richas? ¿¡Qué hay tu vida aquí!? ── Un nudo se formó en su garganta.

── Nada de eso me importa más que tú. ── Confesó. ── Tú eres mí hijo, y siempre serás mi prioridad, sin importar qué.

Bobby lo vió tan sorprendido, que no sabe cuando, pero las lágrimas habían comenzado a caer, ni siquiera él sabía porqué.

¿Porqué extrañaba su hogar?

¿Porqué no quería irse? -Lo dudaba-

¿Por la repentina confesión de su padre?

Tal vez sea todo eso y más.

Roier lo rodeó con sus brazos y le brindó todo su amor, todo el que creyó que no le había dado durante todo este tiempo.

𝐑𝐨𝐛a 𝐌a𝐫i𝐝o𝐬 "ˢᵖᶦᵈᵉʳᴮᵉᵃʳ"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora