Me Enamore De Mi Ginecólogo

capitulo 2

Por, la, mierda. No, no era un viejo morboso, si no que era.... UN JOVEN DE MI MISMA EDAD, o bueno, un poco mayor, solo un poco. Dios, no pude evitar mirarlo con deseo, traía una camisa pegada a su abdomen, lo que hacía notar su cuerpo bien formado. Sus pantalones, WOW, desde 1000 kilómetros se podría notar lo grande que es su miembro. Mierda, esto es demasiado. Sentí que me penetró con la mirada, sus ojos eran brillantes, y de un color miel hermoso. ¿Su boca? La puta madre, era tan deseable de besar, unos labios rosados, BESABLES, sí, sobre todo besables, mordí mi labio sin querer al imaginarme con el, en la cama, mientras nos besamos... Mierda Angie, ¿fantasías sexuales con tu ginecólogo? estas loca.

-Tome asiento -lo dijo con un tono de voz demasiado sensual, dios, me estaba excitando.
-Gracias -sonreí y me senté, en la silla al frente de el.
-Y bueno, ¿cuál es su problema señorita... -miró un papel- Angie?
-Tendré relaciones sexuales con mi novio, y necesito que me recomiende unas pastillas para evitar el embarazo, pastillas anticonceptivas.
-Bueno, necesito revisarla y tomar unos exámenes. Ah, y hacerle unas preguntas.
-Dígame.
-¿Edad? -miró el cuaderno y tomó el lápiz.
-22 años. -respondí y anotó en su cuaderno.
-¿Mantiene usted relaciones sexuales?
-No, soy virgen.

El ginecólogo dejó de escribir y luego me miró, se mordió el labio. Mierda. ¿Me estaba provocando?. Volvió a mirar su cuaderno.

-¿Cómo es su periodo?
-Normal.
-Bueno, vamos ahí -apuntó una camilla.

Me paré y fui hacia donde me indicó.

-Entre al baño Srta. Arizaga. Se saca todo desde la cintura hacia abajo, por favor. -se acomodó en una silla y comenzó a preparar los utensilios.

Por la mierda, repito. Entré al baño, me saqué los jeans, luego las sandalias y finalmente las bragas. Estaba agradeciéndole a mi mejor amiga que haya dicho que me rasurara. Suspiré, y salí del baño. El doctor Bieber me miró, pude notar como su miembro, estaba parándose.

-Recuéstese y abra las piernas, por favor.

Y lo hice, me acosté en la camilla, y abrí las piernas. Tenía vergüenza, pero no de estar así, si no que podía sentir que estaba mojada. Sí, el doctor me había excitado. Porcellase volteó, quedando justo en frente de mi feminidad. Pude ver como se mordía el labio. MIERDA PORCELLA, deja de hacer eso, me haces mojarme más.
Comenzó el "examen". Puso sus manos en mis piernas, abriéndolas un poco más.

-Uf... -suspiró. Hace calor.. -se desabrochó un poco la camisa.

Es que si, hacía eso apropósito para excitarme. Siguió, ahora, con sus dos manos, o bueno, con los dedos de cada una de sus manos, abrió lentamente mis pliegues. Mierda. Bueno bueno, dejaré de decir mierda y voy a seguir. Observó con detalle toda mi feminidad. Luego se alejó, se puso unos guantes. Se acercó nuevamente y tocó la entrada de mi feminidad con un dedo. Por cierto, la punta de ese dedo se empapó con mi fluído. Tomó un poco de algodón, y limpió su dedo con el.

-Listo... -dijo sonriendo.

Me iba a parar, pero me lo impidió. ¿Qué mas iba a hacer? por lo que leí en internet, solo eso era el exámen, no tenía nada más que hacerme. Y bueno... me sacó de mis pensamientos cuando sentí que su dedo se introdujo dentro de mí, con guantes, claro.

-Señorita Arizaga -dijo sonriendo y....