Capitulo 6

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"¿Sigues molesto?"-Preguntó el adolescente rubio con tranquilidad, observó de manera tranquila el enorme ojo carmesí que lo miraba con tanta malicia.

"No te hagas el gracioso, sabes perfectamente lo que siento ahora mismo"-El gruñido del zorro solamente provocó una sonrisa en el rostro del chico.

"Lo sé, pero sabes perfectamente que no puedo hacer nada a cambio"-Murmuró mientras bajaba la vista, su cabello estaba apunto de ocultar sus ojos, sino fuera por la enorme garra que estuvo a escasos centímetros de atravesarlo.

"Te lo advertí, en lugar de entrenarte como un Ninja. Preferiste jugar a la niñera en este lugar."-Habló el Bijuu con resentimiento.

Ante eso, Naruto solamente sonrió con tristeza, había una razón para eso. Era libertad, cosa que el zorro frente a sus ojos no ha tenido. Se siente egoísta anhelar su libertad, siendo consciente que retiene un ser que anhela lo mismo que él.

"Lo siento, Kyubi."-Fue su murmuró antes de desvanecerse. El zorro solamente gruño por eso.

"Solamente te hiciste un cobarde, Kid. Mantente a salvo"

-

Pudo sentir que su cuerpo estaba siendo rodeado por algo cálido, hacía bastante tiempo que no sentía tanta calidez. Fue como una hoguera en una tormenta de nieve, simplemente no pudo apartarse de aquella calidez.

"¿Naruto?"

Pero cuando dicha calidez lo llamaba, no pudo evitar abrir sus ojos. Lo primero que observó al hacerlo, fue un cabello oscuro, el cual estaba suelto. En este lugar el color de cabello oscuro abundaba, el posiblemente sea la única persona con cabello dorado en la nación del fuego.

Pero este cabello oscuro tenía algo en especial, algo que no podría olvidar. Con delicadeza, llevó una de sus manos hacia dicho cabello, pero comenzó a peinarlo con sus dedos.

"Azula"-Nombró la chica, la cual lentamente elevó su cabeza para mirarlo directamente a los ojos.

La chica quedó hipnotizada por aquellos ojos azules, en su vida había visto un par así, era como si mirase el cielo mismo.

Ella misma tenía un par de ojos extraños, pero los de Naruto. Simplemente eran exóticos. Era como si su llama estuviera reflejada en ese par de orbes.

Conocía este sentimiento, pasar mucho tiempo con Ty Lee le enseñó nuevas cosas que no podría experimentar si se la pasaba todo el tiempo entrenando.

Su único temor era que no fuera correspondido, mucho más ahora que ambos eran jóvenes. No dudaba que su padre la casara con el chico, solamente que no quería que fuera de una forma forzada, sabiendo perfectamente la ambición de su padre.

Posiblemente este estuviera más que encantado con la idea, una vez que se produjera descendientes de ambos que tienen un fuego control bastante poderoso.

Ante dicha idea sus mejillas se calentaron. Pero antes de que su mente siguiera avanzando mucho más.

La puerta fue abierta repentinamente, la primera en ingresar fue una chica enérgica y con una enorme sonrisa en su rostro.

La siguiente fue mucho más calmada al ingresar. Teniendo un aire de seriedad a su alrededor.

Dicha chica levantó una ceja al ver a su hermano acostado en su cama con la princesa de la nación del fuego.

Con el paso de los años, Mai dejó de estar a la defensiva con Naruto, después de unos acontecimientos. Dejó de despreciarlo y lo miró de una forma diferente. Pudo ver claramente como Naruto fue cambiando a Azula desde un inició, se había equivocado con él.

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