39. Completas extrañas

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El camino a Bangkok se hizo mucho más corto. Salimos un par de horas después de la llamada de Sirilak, así que estábamos en Bangkok diez horas más tarde. Eran casi las nueve de la noche cuando Love y yo llegamos a mí departamento, no quería alarmar, pero me estaba sintiendo angustiada, aquella vieja y conocida presión en el pecho me estaba por lograr abrumarme.

Me puse de pié para ir por un vaso de agua, eso siempre ayudaba. Tomé uno de los vasos más grandes y lo llené de agua hasta el raz del vidrio. Daba un sorbo para luego dar una respiración profunda, tenía que relajarme, no quería que Love me viera en este estado en cuanto saliera de la ducha.

El sonido de una notificación me hizo dar un pequeño salto de sorpresa, revisé, era un mensaje de Sirilak, me estaban esperando.

Di una respiración profunda, sentía que iba a colapsar.

— Cariño — Los brazos de Love me rodearon desde atrás — ¿Todo bien?

— Un poco angustiada — Dije entre una débil sonrisa, para luego volverme hacia ella. Aquella punzada en el pecho no desaparecía.

— Lo puedo notar. Ven aquí mí grandulona.

Mi pequeña novia me abrazó nuevamente y acunó su rostro a la altura de mí pecho. Sus brazos alrededor de mi cuerpo fueron como un cinturón de seguridad que evitaban mi colapso. Love podía transmitirle calidez a mi alma con sólo está pequeña acción, me hacía sentir protegida.

— No estás sola ¿Lo sabes verdad?

Asentí con una sonrisa.
Love era ese rayito de sol que atravesaba las nubes grises.

— Estaré todo el tiempo a tu lado y si es necesario golpear a alguien, prometo que lo haré.

— Woaaaaa, esa es mí novia, tan ruda — Deje un rápido beso en su mejilla — No me dejes por ir a jugar con Latte ¿Ok? — Dije en forma de advertencia.



El camino a casa de mamá fue menos angustiante, al ir sujetando la mano de mí amada novia, todo parecía que la visita a casa saldría excelente.

Di vuelta a la calle que conducía a casa y fui bajando la velocidad en cuanto noté que estábamos cerca.

— Llegamos. Es momento de la verdad — Dije cuando logré estacionar mí vehículo en el espacio delante de la cochera.

— Entremos, deseo saludar primero a tu madre, no quiero ser reñida por ella nuevamente.

— ¿Lo dices por la vez pasada que llegaste a casa y ella no estaba enterada de que habías regresado?

— Esa misma.

Caminamos juntas hasta la puerta de la cochera. Al ir acercándonos algo llamó mi atención y al parecer la de Love también. Fruncí el ceño al escuchar la voz un tanto alterada de mi hermana, era extraño ya que ella casi nunca tomaba ese camino cuando se trataba de charlar.

— ¿Esa voz es de Sirilak? — Love preguntó un poco sorprendida.

— Sí y al parecer esto no pinta nada bien.

Utilicé las llaves que tenía para poder abrir la pequeña puerta.
En cuestión de segundos la voz alterada de mi hermana fue haciéndose un poco más clara a medida que fui avanzando y por fin pude entender una frase seguida de una voz conocida. Me sentí aterrada. Habían pasado muchos años de haberla escuchado por última vez.

Me quedé inmóvil pensando en qué quizá estaba dentro de un sueño y pronto Love me despertaría llenándome de besos y mimos, pero no. En instantes fui trasladada nuevamente a cuando tenía ocho años y estaba esperando a que papá llegara a casa. Inmediatamente reviví el momento en el que dieron la trágica noticia de que papá había fallecido, ver a la abuela y a mi madre llorando de forma desgarradora para luego evitar que de sus ojos saliera una sola lágrima fue lo siguiente. La noticia de que tenía una hermana fue mi regalo de cumpleaños. Aquel recelo, logró convertirse en amor.

MISMO LUNAR [MilkLove & LingOrm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora